BUBONIS

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viernes, 30 de diciembre de 2011

EL FEDERAL - BAR NOTABLE

Ubicado en una tradicional esquina de San Telmo, este bar que abrió sus puertas en 1864 es digno de estar entre los “Bares Notables” ya que, como si se tratara de un túnel del tiempo, al visitarlo uno se siente automáticamente en aquella época. Lo que más impacta al entrar es la barra, coronada por un arco de madera con detalles de vitraux y un reloj inactivo en el medio. Conserva las baldosas originales en sus pisos, y está adornado con elementos que recalcan, como pocos, el verdadero espíritu porteño: los filetes, las viejas mesas, la estantería de madera con su colección de botellas, la caja registradora de antaño, y muchos otros signos que nos transportan al pasado. No sólo el lugar es tradicional; el menú concuerda con la modalidad perfectamente: un Fernet, un Gancia o una cerveza artesanal; un sándwich, un lomito o una picada, esas cosas bien “de acá”, se pueden disfrutar a precios razonables mientras se descansa o se hojea un libro de la pequeña biblioteca. También se puede comer una comida más completo, algo de pasta, parrilla o minutas. Es un lugar tranquilo, para dejar pasar el tiempo, para sustraerse de la actividad febril que abruma apenas se traspasa la puerta de entrada. También se puede disfrutar, los fines de semana, al mediodía, de algunos cantores de tango que hacen su show entre las mesas y que invitan al que lo desee, a ensayar algunos pasos. Los viernes y sábados por la noche se disfraza de pub bailable y se colma de jóvenes que recuperan de este modo un lugar que forma parte de la historia de la ciudad. Es necesario reservar.










sábado, 8 de octubre de 2011

ESQUINA HOMERO MANZI - BAR NOTABLE

La Esquina de San Juan y Boedo es un lugar histórico y tradicional de la ciudad de Buenos Aires. El bar construído en esa esquina en el año 1927, se convirtió en el símbolo de la cultura urbana de la década del cuarenta. Por sus mesas, pasaron los músicos que hicieron del tango la expresión artística más representativa de la ciudad. Allí paraba diariamente el poeta Homero Manzi con sus amigos.
El encanto y la importancia cultural del lugar, declarado edificio histórico, atrae a cientos de turistas. Allí radica la necesidad de recuperar el lugar, y que nuevamente se concentre toda la magia del 2x4.
San Juan y Boedo representa el verdadero arrabal y en este emplazamiento se busca evocar los tiempos del malevaje y empedrado, conjuntamente con el confort que hoy se puede brindar.
El desafío del emprendimiento, que fue llevado a cabo por el arquitecto Carlos Liuzzi, pasó entonces por reciclar el edificio para que vuelva a ser utilizado como punto de encuentro y de interés cultural, conservando y restaurando sus fachadas originales y los criterios de edificación de la época en que fue construido.
Su reapertura implica un moderno acontecimiento, con equipos que garanticen el confort y las prestaciones necesarias para satisfacer las exigencias de la ciudad en el año 2000.
Este proyecto, muy relacionado con nuestra tradición e historia, trasciende los intereses porteños y alcanza a todos los amantes de la música ciudadana.







martes, 4 de octubre de 2011

LAS VIOLETAS

La avenida Rivadavia, camino de carretas, unía la Plaza de Mayo con el oeste lejano hacia Flores. Durante la epidemia de fiebre amarilla en 1870 la gente de clase pudiente buscó refugio en las zonas altas, entre ellas Flores, lugar de veraneo, unida a la ciudad por el Ferrocarril Oeste. En 1876 la compañía Anglo Argentina construyó en esa calle Rivadavia uno de los primeros tranvías a caballo.

La prosperidad económica de la década de 1880 produjo una enorme expansión de la ciudad y sus alrededores. Florecieron los nuevos edificios, los negocios. La ciudad quiere dejar de ser “la gran aldea”.

Aunque la esquina de Medrano y Rivadavia está a sólo 4 Km. de la Plaza de Mayo, era un lugar “donde el diablo perdió el poncho”

 Allí se instaló una confitería, con doradas arañas y mármoles italianos. El día de la inauguración, un 21 de Septiembre de 1884, hasta el ministro Carlos Pellegrini, futuro presidente del país, se hizo presente transportado por un tranvía especial acompañado por muchos de sus distinguidos amigos. Sus mesas fueron lugar de encuentro de artistas y escritores entre ellos Roberto Arlt y politicos de la época.

Pero es alrededor de la década de 1920 cuando se construyó el actual edificio. Con sus vidrieras y puertas de vidrios curvos, sus vitrales franceses y sus pisos de mármol italiano. Los vitrales restaurados fueron concebidos para adornar y alegrar el ambiente grato de un café de aquellos tiempos, donde la gente iba a pasar momentos de esparcimiento en un ámbito selecto.





 Cuenta la leyenda que una tarde, como habitualmente lo hacía, llega el famoso Irineo Leguisamo a Las Violetas. Al acercarse el mozo, el jockey le consulta acerca de tortas y confituras. Como Leguisamo mostraba una especial predilección por el dulce de leche, el maestro pastelero de entonces, hábil profesional y fanático del turf, tiene la gran idea: inventa una torta en homenaje al maestro.
Y para que la historia no olvide este capítulo, la bautizó con su apellido.
Conozca el secreto de "Leguisamo". Estos son sus ingredientes: Base de pionono con dulce de leche, merengue, marrón glacé, crema de almendras y hojaldre con cobertura de fondán y chocolate. Con tanta dulzura adentro, ¿cómo no iba a ser famoso?





Los antiguos dueños de la confitería "Las Violetas", en el tiempo en que el poeta-cantor Pascual Contursi y el pianista-compositor José Martinez se reunían junto a otros amigos, eran Enrique Costa y Julio Roca.
Pascual Contursi y José Martinez, que ya tenían en su autoría el tango “De vuelta al bulín”, compusieron el tango “Ivette”. Por deudas que tenían con los dueños del local, les hicieron firmar la parte de la música. En la mayoría de las ediciones figuran Enrique Costa y Julio Roca como compositores musicales de este tango.




En el alejado barrio de Almagro, zona de quintas allá por 1880, abrió sus puertas un solar que poseía inequívocas señales de refinada distinción. El revuelo no fue menor. Elegantes carruajes con curiosos aristócratas llegaban hasta las puertas del suntuoso y flamante local.
Cuenta la historia que el mismo Carlos Pellegrini, de rigurosa galera, capa y bastón, asistió gustoso a la inauguración.
El 21 de Septiembre de 1884 nacía en Buenos Aires la confiteria Las Violetas..




miércoles, 21 de septiembre de 2011

EL GATO NEGRO - BAR NOTABLE









Fotos de Franklin H. Romero

En 1927,  el aventurero español Victoriano López Robredo, que había contraído matrimonio con una argentina, abrió un negocio de especias al que llamó La Martinica en la entonces angosta calle Corrientes,  al 1600. Al año siguiente decidió trasladarse a un local más amplio al que llamó El Gato Negro en el 1669 de la misma calle, entre las calles Montevideo y Rodríguez Peña, que es donde se encuentra actualmente. Victoriano había vivido a lo largo de cuarenta años en Ceylán, en Singapur  y las Filipinas,  como empleado de una empresa británica que viajaba por Malasia y Manchuria, realizando aquella travesía de once días en el Transiberiano.
En uno esos viajes se le ocurrió utilizar el símbolo del gato sentado con su moño rojo que estaba impreso en el menú del coche comedor. Según Benito Ferreiro, uno de sus primeros empleados, también español: El Gato Negro, era un famoso café romántico de Madrid, que quedaba en la calle de Alcalá y era frecuentado por Jacinto Benavente. Durante muchos años era característico ver en la vitrina un tranquilo gato negro con moño, como el que se muestra en su logo.

Su reputación y su clientela son internacionales. Algunos fieles clientes de la casa fueron los hermanos Castillo, el doctor: Ramón Cárcano, Canaro, Pedrito Cuartucci, Paulina Singermán y Alfredo Palacios (debe tenerse en cuenta que la tienda queda en la zona de teatros de Buenos Aires, y una de las más turísticas de la ciudad).
En 1969, el hijo de Victoriano, Benigno Andrés López Robredo, abandonó su carrera de ingeniero industrial y dedicó gran parte de su tiempo al estudio de las especias y al desarrollo de las diferentes combinaciones y mezclas cuyas fórmulas, mantiene la casa en secreto.
Actualmente su dueño es Jorge Crespo, nieto del mencionado fundador López Robredo, quien en 1997 decidió poner mesas para los curiosos que iban a ver cómo se molía el café.
Ha sido declarado patrimonio histórico por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y pertenece al selecto grupo de "Bares Notables" de Buenos Aires, por ser uno de los más representativos de la misma.
Famosa en Buenos Aires por sus especias, cafés y tés,  la casa mantiene intacto el estilo de un almacén elegante: mostradores y vitrinas de roble y fresno Italiano, arañas holandesas de bronce, sillas Thonet, expertos y amables vendedores. En el interior de la tienda, que está invadido por un cautivante aroma, se exhiben para la venta semillas y hierbas aromáticas, condimentos, sales dietéticas, especias en frascos y especieros de porcelana y una selección de chocolates, salsas, frutas glaceadas y pescados envasados. También tés y cafés exóticos que son tostados artesanalmente en el mismo local y con la misma tostadora de la época de origen del almacén y pueden ser tomados en cualquiera de sus pequeñas y redondas mesas de madera acompañado de algo dulce.
En el primer piso posee un salón en el que se pueden comer una variedad de platos de autor, como filet de abadejo en fondue de cebolla, risotto al azafrán con camarones y pastas caseras o importadas de Italia. También suelen ofrecerse en él espectáculos unipersonales o shows musicales intimistas de jazz o de tango.

martes, 13 de septiembre de 2011

CAFÉ MARGOT - BAR NOTABLE






Fotos: Franklin H. Romero
Este café fue incluido entre los notables a fines del año 2003, y es el sucesor de la mítica confitería “Trianón”, que funcionó en esta esquina entre la década del ’30 y la del ‘70. Actualmente, funciona una peña y galería de arte. En el piso superior se encuentran el Espacio teatral Boedo XXI y la Biblioteca Lubrano Zas, de la Junta de Estudios Históricos del Barrio de Boedo. El edificio es uno de los más antiguos del barrio, y mantiene su estructura original. En 1903 comenzaba la construcción de una edificación de dos plantas, destinada a viviendas y locales. Pasó por muchas etapas y manos durante todos estos años, hasta que en 1993 se abrió finalmente esta recreación de “Trianón” bajo el nombre “Margot”.
Así como en décadas pasada, numerosos personajes bohemios y literatos ocupaban sus mesas, entre ellos el escritor Roberto Arlt, Alfredo Palacio y Héctor González, cuyo nombre está grabado en unas de las mesas del café en su homenaje. “Los poetas actuales siguen pasando por las mesas del café Margot. Todos los sábados desde las 10 de la mañana se juntan gente que hacen diferentes actividades, ya sean poetas, turistas, artistas; es una combinación de muchas tareas, se instalan mesas en las veredas del local, se ofrecen libros de autores de Boedo; así como folletos, fotos y revistas referentes al barrio”, alude el entrevistado. Y Agrega que el Margot tiene un proyecto denominado La Mesa del Soñar, que tiene como meta homenajear a los poetas y artistas que ha pasado por sus mesas, donde llevarán impresos los nombres de los celebres habitúes del café, como ya si lo tiene el ex presidente de la Asociación amigos de Boedo, Héctor González.Entre los ambicioso proyectos del Margot revelada por Mansilla es la hermandad que tiene previsto con el bar “Le Petit Diable” de Toulouse, Francia, idea que surgió de la mesa del poeta argentino José Muchnik, en el Margot, que actualmente está radicado en la mencionada ciudad francesa. “Esta idea brotó en la mesa que ocupaba en nuestro café José Muchnik, él ahora está viviendo en Francia. Acá tenía su espacio y lo mismo esta haciendo en un bar de la ciudad francesa de Toulouse, de ahí surgió la idea de hermanar un bar francés con el nuestro. Al concretarse esta idea será hasta el momento la única experiencia que se conoce.

El acta de intención ya se realizó en Toulouse y en nuestro bar, a partir de ahora lo que va haber es un intercambio de recetas, nosotros les enviaremos nuestra especialidad que es el sándwich de pavita y a la vez vamos a recibir la especialidad de ellos, de esta forma hemos puesto un antecedente”, señala Osvaldo Mansilla. El Café Margot es una tradición viva de Boedo, conocido también como barrio de bohemios, artistas, músicos y poetas. Esta costumbre es cultivada con amor por los actuales responsables del legendario café, quienes dan a cada cliente la más cálida bienvenida, con el manto de los sentidos y a la emoción de la Historia.

jueves, 8 de septiembre de 2011

CAFÉ IBERIA - BAR NOTABLE

Es una de las esquinas más españolas de Buenos Aires. Puertas adentro, el Bar Iberia fue testigo del paso del poeta español Federico García Lorca, refugio para las tertulias y actor protagónico de las batallas entre franquistas y republicanos en plena Guerra Civil española. Hoy, 110 años después de su fundación, los vecinos y la colectividad española tendrán su fiesta popular.
El Bar Iberia, ubicado en Avenida de Mayo y Salta, fue declarado por la Legislatura porteña como "Bar Notable", una distinción que sólo cabe para aquellos bares que cumplieron un papel en la historia y cuya antigüedad y diseño arquitectónico le otorgan un valor propio. Y aunque fue declarado "Sitio de interés cultural" en el 2005, recién ahora quedará grabado en un placa.

El Bar Iberia, el segundo bar más antiguo de Buenos Aires después del Tortoni, fue abierto y reinaugurado en tres siglos distintos. Nació en 1897 con el nombre de "La Toja", fue reinaugurado en 1936 y acaba de ser remodelado. Las reformas buscaron conservar su valor cultural e inyectarle un espíritu de modernidad: si bien su fachada no puede ser alterada, se conservaron los baldosones, la estructura, se reformó la barra para que los parroquianos vuelvan a tomar café desde las banquetas y se rescató una cafetera que había estado arrumbada por los años. También, incompatibilidades al margen, se agregaron dos televisores de plasma.


Puertas adentro, todavía se conservan las imágenes en blanco y negro que remiten a una historia propia y ajena: entre 1936 y 1939, durante la Guerra Civil española, el Bar Iberia fue el punto de reunión de los republicanos. En la vereda de enfrente, el Bar Español — hoy una mole convertida en sucursal bancaria—, fue el bastión porteño del franquismo. La esquina fue una prolongación de lo que ocurría en el Viejo Continente: fue testigo de cada tumulto, de cada sillazo, de cada insulto entre ambos bandos cada vez que llegaban las noticias.
Pero la historia del Iberia no se agotó en los años de la guerra. El dramaturgo y poeta español Federico García Lorca frecuentaba el bar con amigos. Y por su cercanía con lo que fue el Teatro Avenida, solía ser una parada obligada de artistas, músicos y poetas.
El abanico abarcó desde lo artístico hasta lo político: como a una cuadra funcionaba el Comité central de la Unión Cívica Radical por esas mesas, que aún hoy se conservan, pasaron Hipólito Yrigoyen y Marcelo T. de Alvear. Un sinfín de anécdotas que hoy viven en sus muros.

Gisele Sousa Dias


Fotos: Franklin H. Romero

lunes, 5 de septiembre de 2011

BAR DEL HOTEL CASTELAR - CAFÉ NOTABLE

POR SU VALOR HISTORICO Y PATRIMONIAL


El bar del famoso hotel Castelar fue declarado café notable
Está sobre la Avenida de Mayo y es un ícono de la tradicional arquitectura europea. El bar fue sede de la peña de los artistas.
El bar del Hotel Castelar, una construcción que se mantiene en pie desde 1929 y que refleja la arquitectura europea más tradicional que caracterizó a la Ciudad durante los comienzos del siglo XX.
El hotel Castelar se encuentra en Avenida de Mayo 1152 y es una de las pocas construcciones de esta zona que no fue modificada con el paso del tiempo y que mantiene el mismo diseño que cuando se lo inauguró, hace más de 80 años.

El Hotel Castelar siempre se caracterizó por recibir a personalidades relacionadas con la cultura, las artes, la literatura y el teatro. Una de las visitas más importantes recibidas fue la del escritor Federico García Lorca, quien se alojó en Buenos Aires entre octubre de 1933 y abril de 1934. Ahora su habitación es un museo de sus obras y pertenencias que se puede visitar. También fue sede de una famosa peña de artistas que reunía a Jorge Luis Borges, Norah Lange y Oliverio Girando, entre otros.
Una de las características más notables de este bar, es el clásico chocolate con churros, que se puede tomar hasta antes de las 20:00 hs. todos los días, en el subsuelo.









miércoles, 31 de agosto de 2011

CAFÉ DE LOS ANGELITOS


Café de los Angelitos de Rivadavia y Rincón… testigo vivo de más de cien años de historia porteña. Por su puerta desfilaron las más destacadas personalidades del ambiente político y artístico del siglo XX, y en sus mesas se escribieron muchas de las páginas que hicieron de Buenos Aires una ciudad que respira tango en cada rincón…

Fue fundado, por 1890 con el nombre de Bar Rivadavia por un italiano llamado Batista Fazio. Primitivamente fue reducto de malandras y caferatas cuya traducción del lunfardo básico corresponde, más o menos, a gente de mal vivir. Verdaderos “angelitos”, según la socarrona afirmación del comisario de Balvanera quien, sin saberlo, le estaba dando carta de bautismo a uno de los más populares cafés de Buenos Aires.

En 1919 lo adquirió don Ángel Salgueiro en la suma de setenta y cinco mil pesos, ya habían hecho famosa la esquina las presencias de Gabino -el negro payador del Himno a Paysandú-, Higinio Cazón, José Betinotti, José Razzano, Carlos Gardel, Roberto Cassaux, Florencio Parravicini y los prohombres del socialismo argentino que tenían su Casa del Pueblo cincuenta metros más al oeste por la misma calle Rivadavia.
Era frecuente ver a Juan B. Justo, a don Alfredo Palacios -por entonces joven mosquetero de la política con el brillo de haber sido el primer diputado socialista de América-. Sabía recalar también otro de los nombres imborrables que Juan Manuel Gálvez cita entre los amigos y maestros de su juventud: José ‘Pepe’ Ingenieros.
Fue en el Café de los Angelitos donde una noche de 1917, don Mauricio Goddart -director artístico del sello Odeón- contrató al ya famoso dúo criollo Gardel-Razzano, quienes debutaron en el disco con Cantar eterno y El sol del 25. Y fue también allí donde Gardel, celebrando una de las victorias de su célebre pingo, Lunático, hizo un convite de puchero corrido que duró hasta el último canto del gallo.
El Café de los Angelitos ofrece un show de tango de primer nivel internacional, ejecutado por una excelente orquesta de seis músicos, una orquesta de señoritas, dos cantantes y diez bailarines, quienes despliegan sobre el imponente escenario un espectáculo único en su tipo.

Dirección: Av. Rivadavia 2100, Buenos Aires, Argentina







Fotos: Franklin H. Romero

 
Y El Café de los Angelitos tiene un tango de José Razzano y Cátulo Castillo

Yo te evoco, perdido en la vida,
y enredado en los hilos del humo,
frente a un grato recuerdo que fumo
y a esta negra porción de café.


¡Rivadavia y Rincón!... Vieja esquina
de la antigua amistad que regresa,
coqueteando su gris en la mesa que está
meditando en sus noches de ayer.


¡Café de los Angelitos!
¡Bar de Gabino y Cazón!
Yo te alegré con mis gritos
en los tiempos de Carlitos
por Rivadavia y Rincón.


¿Tras de qué sueños volaron?
¿En qué estrellas andarán?
Las voces que ayer llegaron
y pasaron, y callaron,
¿dónde están?
¿Por qué calle volverán?


Cuando llueven las noches su frio
vuelvo al mismo lugar del pasado,
y de nuevo se sienta a mi lado
Betinoti, templando la voz.


Y en el dulce rincón que era mío
su cansancio la vida bosteza,
porque nadie me llama a la mesa de ayer,
porque todo es ausencia y adiós.