"Me volví loco, con largos períodos de espantosa cordura"
"No reparo en que mi suerte terrenal
tenga poco de tierra en ella.
En que los años de amor hayan sido olvidados
en el odio de un minuto:
no me lamento en que los desolados
sean más felices, querida, que yo,
sino que tú sufras por mi destino
porque soy un transeúnte".
Edgar Allan Poe
Del libro: "Locura y Arte" de Adrián Sapetti
"En los largos días estivales, un insecto nace al amanecer y muere al atardecer, para sólo vivir ocho horas. ¿Cómo explicarle la palabra noche?
BUBONIS

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lunes, 21 de julio de 2014
jueves, 8 de agosto de 2013
En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente.
Khalil Gibran (1883-1931) Ensayista, novelista y poeta libanés.
lunes, 22 de julio de 2013
MÉDICOS Y PACIENTES EN SU DIÁLOGO MÁS DIFÍCIL
CONSECUENCIAS POSITIVAS DE INFORMAR QUE EL TRATAMIENTO YA NO TIENE SENTIDO PUES LA ENFERMEDAD ES TERMINAL
Una investigación revela que para los pacientes que recibieron información “fue mucho mayor el acceso a cuidados paliativos, hubo mucho menos tratamientos agresivos al final de su vida y muchos de ellos fallecieron en sus casas”.
“La conversación más difícil” es la que tiene lugar entre el médico –generalmente, un especialista en cáncer– y su paciente, “cuando hay que comunicarle que su enfermedad es terminal. Muchas veces, esta conversación es evitada”: así lo advierte la investigación que un equipo de oncólogos argentinos presentó en un congreso internacional. El estudio consideró a 110 pacientes: con 70, el médico había propiciado un diálogo abierto sobre la enfermedad y su pronóstico; en los restantes 40, esa conversación no había tenido lugar. Se constató que, entre los que habían tenido la conversación, fue mucho mayor el acceso a cuidados paliativos, hubo mucho menos tratamientos agresivos cerca del final de la vida y fueron muchos más los que murieron en paz, no en un hospital sino en sus casas, junto a sus seres queridos. “La ‘conversación más difícil’ no acortó la existencia de ningún paciente y mejoró la calidad de su vida”, señaló uno de los autores del trabajo. También mejoró la relación entre el paciente y su familia, ya que “es mejor que las emociones se expresen honestamente: de otro modo, la familia llora en la cocina ‘para que el enfermo no se entere’, y el paciente llora a solas ‘para que ellos no se enteren’”.
El trabajo fue presentado el año pasado en el Congreso de la American Society of Clinical Oncology (ASCO), en Estados Unidos, y se llama “Conversaciones difíciles con pacientes terminales”. Fue realizado por Eduardo Morgenfeld, Gastón Martín Reinas, Daniela Gercovich, Ernesto Gil Deza, Edgardo Rivarola y Felipe Gustavo Gercovich, del Instituto Oncológico Henry Moore, de Buenos Aires. Los autores advierten que “más de la mitad de los pacientes oncológicos pueden morir debido a la enfermedad, y en cierto momento el oncólogo debe comunicarles que su enfermedad es terminal. Esta es la conversación más difícil para un oncólogo clínico y muchas veces es evitada”. El objetivo de la investigación fue “determinar si los tratamientos y la evolución de los pacientes son afectados por haber tenido esa que llamamos ‘la conversación más difícil’”.
¿Qué se dice en esa conversación? “Cuando la enfermedad progresa y el médico no tiene tratamiento eficaz para ofrecer o sólo cuenta con tratamientos muy tóxicos y de muy baja eficacia, es razonable que se siente ante el paciente, cara a cara: ‘Con la enfermedad, yo llegué hasta aquí, pero mi función no es sólo tratar la enfermedad, sino cuidarte de la mejor manera. Entonces llegó el momento en que necesito saber qué querés vos; contra la enfermedad, ya no tengo muchas armas, pero a vos puedo y debo acompañarte hasta el final’.” Así lo planteó Ernesto Gil Deza, director de investigación y docencia del Instituto Henry Moore.
Los investigadores consideraron los casos de 110 pacientes que habían fallecido entre el 1° de enero y el 31 de diciembre de 2011 como consecuencia de la enfermedad y que habían sido atendidos por el mismo médico desde el diagnóstico hasta la muerte. Del total, 58 eran hombres y 52, mujeres. Con 70 de ellos, el médico había sostenido la “conversación más difícil”; con 40, no.
De los 70 pacientes que habían podido tener la conversación más difícil, 55 accedieron después a cuidados paliativos, es decir, casi el 80 por ciento. En cambio, de los 40 que no habían tenido esa conversación, sólo 15 recibieron cuidados paliativos, es decir, menos del 40 por ciento. ¿Por qué tan impresionante diferencia en la calidad de vida? “En el marco de la conversación –contestó Gil Deza–, muchas veces el paciente dice: ‘Ya estoy cansado de hacer quimio: ¿no podríamos tomarnos unas vacaciones?’ ‘Me parece muy bien. Y hay equipos profesionales que se ocupan específicamente de aliviar los síntomas lo más posible, haciendo lo que se llama cuidados paliativos: puedo contactarte con ellos.’”
Además, al acercarse la muerte, los pacientes que habían tenido la conversación pasaron, en el último tramo de la vida, un promedio de 80 días sin recibir quimioterapia, o sea sin padecer los efectos tóxico; en cambio los que no habían tenido la conversación sólo pasaron 43 días liberados de la quimioterapia. De los 70 que habían tenido ese diálogo, 44 quisieron y pudieron morir en sus casas. De los que 40 que no habían tenido la conversación, sólo seis pudieron morir en casa y 34 fallecieron en el hospital.
“El acceso a esa conversación resulta en una evolución con menos quimioterapia hasta el momento de la muerte, menos signos de toxicidad, mejor calidad de vida; la mayoría falleció en su domicilio, en un marco de cuidados paliativos. Hubo un perfil de vida bien distinto para un grupo y para el otro”, comentó Gil Deza.
El trabajo presentado en Estados Unidos resume así las cuestiones que se abordan en la conversación más difícil: “La enfermedad como progresiva e incurable; la baja efectividad de los tratamientos posibles; la perspectiva de la muerte”. Y toman un lugar central “los deseos de los pacientes”, respecto “del tratamiento oncológico, los cuidados paliativos, el lugar donde han de morir”, e incluso “el destino del cuerpo” y “el cuidado de la familia” luego de la muerte.
En cuanto al cuerpo, “hay pacientes que en esa conversación manifiestan su voluntad de que el cuerpo sea cremado, por ejemplo, o prefieren que no haya velatorio”, ejemplificó Gil Deza. Y también es bueno que expresen sus preocupaciones por lo que será de su familia cuando ya no estén: “Lo que le causa más dolor al paciente puede ser pensar que, tras su muerte, quizá su hijo menor no pueda terminar el secundario pero, a partir de que eso se manifieste, se generarán respuestas, y tal vez intervenga el hijo mayor: ‘Papá, no te preocupes por eso, queda a cargo mío’”.
Es que “siempre es mejor que las emociones se expresen honestamente: de otro modo, estarán los hijos llorando en la cocina y la mujer en el baño pero poniéndole buena cara al padre enfermo ‘para que no se entere’, mientras el paciente llora a solas y pone a su vez buena cara ‘para que ellos no se enteren’”, advirtió el oncólogo.
Pero, ¿por qué, en esta investigación retrospectiva, resultó que en sólo 70 de los 110 casos se había efectuado esa conversación, tan difícil pero tan beneficiosa? “Nuestro estudio mostró que el problema está en el médico: el médico está mucho menos capacitado que el paciente para encarar una conversación de esta naturaleza”, contestó Gil Deza. “Por supuesto –aclaró– puede ser que el paciente no quiera hablar del tema. Pero muchas veces desde la medicina le expropiamos ese momento, por nuestra incapacidad para hablar con él y para escucharlo.” Por lo demás, Gil Deza puntualizó que “es más común que las pacientes mujeres prefieran tener esta conversación y es más frecuente que los pacientes hombres prefieran no tenerla”.
La investigación enumera las razones que aducen los médicos para evitar esa conversación. “Miedo a la reacción del paciente”; “miedo a dañar al paciente”; “falta de disposición para abordar temas relacionados como la muerte”; “falta de experiencia o entrenamiento en la cuestión”; “incapacidad para inspirar esperanza”; “el paciente no quiere discutir el tema”; “la familia del paciente no le permite al médico hablar del tema con él”.
“Tal vez una familia no quiera que el médico tenga esa conversación con el paciente, pero en tal caso conviene advertirles: ‘Ninguna verdad es más difícil de sostener que la mentira: el paciente irá empeorando y cada vez será más difícil sostener la mentira’ . Por otra parte, si el paciente no tiene una incapacidad, nuestra obligación es con él, no con la familia. Claro que el argumento de que la familia se opone resulta una buena excusa para el profesional: ‘Yo estaba dispuesto pero como no me dejaron...’ –agregó Gil Deza–. Y, en cuanto a la supuesta incapacidad del médico para dar esperanza, no es él quien tiene que darle esperanza a su paciente: el paciente mismo construirá su esperanza, pero hay que darle la oportunidad de hacerlo.”
Y observó: “Muchas veces, los médicos que no son capaces de tener la ‘conversación más difícil’ la reemplazan con quimioterapia. Se sienten compelidos a ofrecer más tratamiento. En nuestro estudio, entre los pacientes con los que no se tuvo la conversación hubo algunos que recibieron quimioterapia hasta 15 días antes de morirse: el médico sabía que se iba a morir y le seguía haciendo quimioterapia. Y un resultado importante de nuestro estudio es que las dos poblaciones de pacientes vivieron lo mismo. La ‘conversación más difícil’ no acortó la existencia de ningún paciente, y hay pruebas de cuánto mejoró la calidad de su vida”.
martes, 28 de mayo de 2013
MANIPULACIÓN DE LA EUTANASIA
La manipulación de la eutanasia. Réplica al doctor Montes
El reciente artículo firmado por Luis Montes y Carlos Barra ha suscitado la siguiente réplica de María Alonso, médico de Familia e integrante del Área de Medicina de Profesionales por la Ética, que cuestiona los planteamientos de los anteriores, no sólo desde el punto de vista de la éitca, sino incluso con los datos disponibles en donde la eutanasia y el suicidio asistido está legislado.
28/05/2013, María Alonso
El artículo publicado por el doctor Montes en Acta Sanitaria (24/5/2013) pone el acento en el derecho a la autonomía hasta el punto de considerar que, si un paciente indica que su vida no merece ser vivida, por el respeto a esa persona los médicos deben ayudarle a morir como parte de sus funciones asistenciales; sin embargo, este tipo de "actividades" no constituyen actos propiamente médicos y son contrarios a la deontología profesional, al atentar directamente contra la vida de las personas.
Por otro lado, se ha constatado que, en los países con suicidio asistido y eutanasia legal, las consultas a los Cuidados Paliativos se reducen notablemente. En Bélgica, los equipos de Cuidados Paliativos sólo fueron consultados en un 9% de los casos necesarios (Pereira J, Current Oncology, 2011).
Es una manipulación indicar que la Ley de Autonomía del Paciente refleja la posición que se sostiene en dicho artículo. Esta Ley considera que la atención al final de la vida debe ser similar a lo que se hace ante pacientes que solicitan cuestiones inadecuadas o contraindicadas en la práctica clínica, y por la especial sensibilidad de esta etapa, lo delimita indicando que no todas las instrucciones previas de los pacientes pueden ser aceptadas, estableciendo con claridad límites a las mismas (art. 11.3 : "no se atenderán instrucciones previas que sean contrarias al ordenamiento jurídico y a la lex artis"). Por cierto, el anteproyecto de ley nacional que afortunadamente fue paralizado en 2011 por su claro tinte eutanásico, preveía derogar este trascendental artículo de la ley de autonomía del paciente que vela por la buena práctica clínica y la deontología profesional.
También la mención de Montes a las leyes autonómicas de "muerte digna" carece de rigor y es manipuladora, porque textualmente, sobre el derecho a renunciar a un tratamiento, la ley dice "aunque ello pueda poner en peligro su vida", que es muy distinto de lo que ha escrito "aunque ello conduzca a la muerte". Porque una cosa es que, al renunciar a un tratamiento, se pueda acortar la vida indirectamente (como en el caso de la negativa a una quimioterapia, falleciendo el paciente de muerte natural asistido con los cuidados básicos) y otra muy distinta es lo que Montes interpreta como renuncia a un tratamiento aunque conduzca directamente a la muerte, según indica, para aquellos pacientes que estiman que su vida no tiene sentido, justificando la retirada de la alimentación e hidratación necesarias para vivir.
Precisamente sobre las leyes autonómicas de "muerte digna" se ha afirmado que dan cabida a actuaciones de eutanasia encubierta, a través de esta interpretación y al otorgar un ilimitado derecho de autonomía. Merece ser recordado el primer caso de eutanasia encubierta amparado en la Ley de "muerte digna" de Andalucía, en el que se retiró a una paciente la alimentación a petición de su hijo en contra del criterio de los médicos que la atendían, por orden de la Junta de Andalucía, (caso Ramona Estévez, 2011). Este hecho ha puesto en evidencia la necesidad de revisar y revertir esta ley autonómica.
Por otra parte, las opiniones de Montes contradicen la Resolución 1859 (2012) de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa en su art. 7.4. que también establece el rechazo a instrucciones previas contrarias a las buena praxis médica. En ningún caso puede hablarse de establecer un "derecho a morir".
Sobre los datos del CIS 2002, en los que el 59,9 % de los médicos están a favor de la eutanasia, lo que se muestra es que se está priorizando la libertad de decisión individual, propio de nuestra cultura. Sin embargo, es rechazable que estos datos sean utilizados por una asociación que entre sus fines está la promoción activa de la eutanasia y se presenten para promover un cambio de pensamiento. Lo razonable es que estas cifras motiven al análisis exhaustivo de lo que conlleva socialmente la eutanasia y el suicidio asistido. Los datos oficiales y los análisis que ofrecen las propias Comisiones de los países que la tienen legalizada son hoy una herramienta de reflexión al alcance de todos. En 2002 en España estábamos lejos de analizar esos datos, actualmente con más información, las opiniones pueden haber cambiado al ampliarse los elementos de juicio.
Uno de los argumentos más importantes que se utilizan en contra de la legalización de la eutanasia y el suicidio asistido es el de la progresiva ampliación de supuestos: se inicia para casos excepcionales, basándose en la defensa de la libertad individual y en escaso tiempo se extiende a supuestos mucho más amplios. Montes resume esto como "argumentos del miedo", trivializando ese proceso. Pero son precisamente los "hechos", que Montes pretende genéricamente usar a su favor, pero sin concretar nada, los datos objetivos oficiales que tanto están alarmando por su efecto expansivo y que suponen uno de los mejores modos de analizar lo que está suponiendo para esas sociedades la legalización de la eutanasia.
Así, Suiza en 2006 inició la aceptación legal del suicidio asistido "solo para enfermedad incurable o mortal a corto plazo"; en 2007 se amplía a personas con enfermedades psiquiátricas; en 2012 se obliga ya, en el cantón de Vaud, a los centros públicos a realizarla cuando sea solicitada y en 2013 una sentencia facilita la ampliación a supuestos de personas sanas que no padecen enfermedad terminal, por simple deseo de la persona, aceptándose así en la práctica simplemente por "sufrimiento vital", concepto general e impreciso, que escapa a cualquier control.
En Bélgica, de 2002 a 2012, el número de casos declarados pasó de 232 a 1.432 (European Institute of Bioethics, abril 2012). Y en 2012 aumentaron los casos un 25% respecto a 2011. En 2003, ya en el primer aniversario de la ley, según los datos de la Comisión de control y evaluación de esta práctica, sólo se declararon 200 casos aunque se estimaba que se produjeron hasta 500 muertes asistidas (eutanasias no informadas).
En 2010 se documentaron eutanasias no solicitadas (informe del Canadian Medical Association Journal). 120 enfermeras belgas de 248 admitieron haber aplicado la eutanasia sin petición del paciente. Las que así actuaron -sin consentimiento del paciente- eran casi la mitad de las que habían participado en algún caso de eutanasia. En 2012, el Parlamento belga debate la ampliación para eutanasia de menores y pacientes con Alzheimer. Se suceden casos en personas no terminales (gemelos belgas, 2013) y el Parlamento se plantea ampliar las definiciones para dar cabida a más casos, claro ejemplo de pendiente deslizante.
En Holanda la tendencia es parecida: se duplicó en 5 años y a los 10 años creció un 73% (The Lancet,11 julio 2012), con unas 2.500 eutanasias anuales. La mayoría de los casos de eutanasia no son declarados: el procedimiento de notificación no cumple su papel de control (informe del Fiscal general del Estado holandés que garantizó el anonimato e impunidad judicial a los médicos a cambio de información sincera). Está aceptada la eutanasia sin consentimiento del paciente (1.000 casos anuales desde 1990, misma fuente oficial), se abrió la puerta a los pacientes psiquiátricos (2010) y a los menores, estando documentados los casos de eutanasia sin consentimiento de sus padres (desde 2001). En 2011, la Asociación de médicos holandeses redefinió el concepto de sufrimiento manifestando que el sufrimiento "voluntario y duradero" no deberían ser los únicos criterios para aceptar la eutanasia. Desde el 2012 una empresa privada proporciona ya la eutanasia a domicilio.
También es una realidad la emigración de ancianos de esos países por temor a los ingresos hospitalarios, los traslados de vivienda habitual a países cercanos que no tienen esa legislación, así como la existencia de Asociaciones de Pacientes Holandeses y la Fundación Santuario, que distribuyen "pasaportes para la vida", que los pacientes llevan consigo pidiendo que en caso de urgencia médica no se ponga fin a sus vidas, por la desconfianza y el peligro real generados. Estos datos hablan, por sí solos, de que estas leyes nos afectan a todos, no quedan contenidas en un contexto privado.
Y por eso, este mismo año, Irlanda acaba de ratificar el veto al suicidio asistido como "protección a los más vulnerables de la sociedad, que podrían no ver otras opciones cuando se consideran una carga para sus familiares o la sociedad". No es una cuestión de libertad individual: la ley es coaccionadora para los demás, afecta a todos.
Con sarcasmo, se indica también en el artículo comentado que los "argumentos del miedo" llegan a hablar de que se generará desconfianza hacia los médicos. ¿No parece probable?: el fallido anteproyecto nacional de ley de "muerte digna" 2011, proeutanásico, contemplaba que el personal sanitario pudiera tener el poder último de decidir cómo y cuándo indicar sedaciones o retiradas de soportes vitales que conduzcan al proceso de morir (al poder incapacitar de hecho a un paciente si tuviera "dificultades para comprender la información que se le suministra", lo cual es bastante común tratándose de un enfermo terminal).
La experiencia de los países con aprobación del suicidio asistido y eutanasia lo confirman, pues al otorgar al médico el poder de acabar con la vida del paciente, éste ya no puede estar seguro de qué papel juega el médico.
En este sentido, la propia Comisión de Control de Bélgica (2012) reconoció la incapacidad de conocer el número real de eutanasias y la impunidad de los médicos de este modo: "Legalizado inicialmente bajo estrictas condiciones se ha convertido en un acto normal e incluso ordinario .../...El silencio por parte del establishment político ha dado lugar a una sensación de impunidad por parte de los médicos implicados y una sensación de impotencia por parte de aquellos preocupados por cómo están evolucionando las cosas".
La sobrevaloración de la autonomía como bien supremo hace flaco favor a las propias personas y supone una fuente de conflictos morales y éticos: la autonomía ilimitada, quedaría por encima de toda ética, obligación y deber.
Finalmente, sobre la argumentación de la sacralidad de la vida, que el artículo comentado considera obsoleta e irrisoria para la modernidad, merece comentarse que las sociedades se hicieron más humanas, más civilizadas, cuando tomaron conciencia del valor supremo de la vida. Por ese motivo prohibieron la pena de muerte, dejaron nacer a los niños con problemas, se preocuparon por sus ancianos, se defendieron unos a otros y crearon leyes de protección social. Todo ello contribuyó a reforzar el sentido de la dignidad de cada persona humana desarrollando iniciativas para el cuidado de los más vulnerables. Lo contrario, desestimar el carácter sagrado de cada vida humana, conlleva el gérmen de la deshumanización y la violencia junto con la indiferencia ante el sufrimiento de los más débiles.
Respecto a esto es esperanzador saber que los Cuidados Paliativos ahorran dinero a los Estados (un 30%) y las encuestas de satisfacción otorgan más puntuación cuando se ofrecen Cuidados Paliativos (OCU, 2011). Tan negativo es no dejar a la gente morirse cuando le corresponde con obstinaciones terapéuticas, como provocar su muerte antes de tiempo.
Ésta es nuestra deontología profesional, que conlleva la responsabilidad de desarrollar las mejores respuestas efectivas, eficaces y verdaderamente humanizadoras ante aquellos pacientes que lo que no desean es seguir viviendo en las situaciones provocadas por su enfermedad.
María Alonso es Médico de Familia y miembro del Área de Medicina de Profesionales por la Ética
miércoles, 13 de febrero de 2013
domingo, 18 de noviembre de 2012
lunes, 5 de noviembre de 2012
LEONARDO FAVIO
Adiós a un gran buscador, buscador de momentos y sentimientos justos para cada imagen..., imágenes que llevamos en el alma...
LA NACIÓN, 5 de noviembre
Falleció Leonardo Favio
El cineasta murió tras permanecer varias semanas internado en grave estado
El prestigioso cineasta y músico Leonardo Favio falleció este mediodía según confirmó la agencia de noticias Télam. Estaba internado en el Sanatorio Anchorena, y murió como consecuencia del agravamiento de un cuadro de afecciones crónicas que sufría desde hacía años y que en los últimos tiempos había provocado un marcado deterioro en su estado general de salud. Tenía 74 años.
Es considerado uno de los directores de cine más importantes del país, que supo dejar su sello propio en el séptimo arte nacional y generó un fenómeno de culto en torno a sus películas.
Leonardo Favio nació el 28 de mayo de 1938, en Luján de Cuyo, Mendoza, y recibió el nombre de Fuad Jorge Jury, que luego cambió para dedicarse al arte. Sus primeros pasos los dio en el radioteatro, como joven actor. Desde el momento en que comenzó a formarse en este rubro supo que seguiría por ese camino y comenzó a buscar la manera de destacarse en varias artes.
Fue cantante y compositor, uno de los grandes precursores de la balada romántica argentina que hacía furor en las décadas del 60 y 70. Grandes hits como "Fuiste mía un verano" y "Ella ya me olvidó", nacieron con su voz. A lo largo de su vida, lanzó 25 discos. El último, en 2011, una colección de sus máximos hits.
Sin embargo, desde el comienzo y a pesar de su éxito como músico, quiso seguir investigando otras aristas del mundo artístico y comenzó a escribir guiones. Así fue como llegó a convertirse en uno de los directores de cine de culto del país. Su primera producción cinematográfica fue el cortometraje El amigo, estrenado en 1960.
Sus creaciones más destacadas fueron Crónica de un niño solo y El romance del Aniceto y la Francisca, consideradas como las mejores de la historia del cine nacional, según la crítica, Gatica, el mono; Juan Moreira; Soñar, soñar; Nazareno Cruz y el lobo; Perón, sinfonía del sentimiento, con una duración de 6 horas. Obtuvo los Premios Goya y el de la Asociación de Críticos Cinematográficos, entre otras distinciones.
Sus colaboradores más cercanos solían hablar de él como un trabajador incansable:
"Favio vive desprendido de la materia: es esencia pura", dijo en una entrevista con LA NACION Rodolfo Mórtola, uno de los colaboradores más cercanos. "Es casi un Buda, y hace mucho era todo lo opuesto. Recuerdo que cuando filmábamos Juan Moreira había momentos en los que desaparecía y, cuando lo encontraba, escondido a lo lejos, estaba llorando y rogando a Dios que lo inspirara para conseguir lo que había soñado. Es un creador muy obsesivo. Favio es un eterno adolescente, hipersensible e intuitivo, y eso es en buena medida lo que le permite ser tan creativo", agregó.
El cineasta fue un ferviente defensor del peronismo y lo demostró en toda su obra, pero principalmente en su película Perón, sinfonía de un sentimiento (1999). Sobre ella dijo :
" Creía tener un conocimiento profundo del peronismo. Pero me di cuenta de que era ingenuo pensar que en esta historia sólo se involucra a nuestro país. En realidad, se involucra a toda la América y el mundo, porque es una filosofía que emerge por amor a la gente", decía Favio a LA NACION en 1996.
-De todos esos descubrimientos, ¿qué fue lo que más lo sorprendió?
-La evidencia de que no teníamos un país, sino una verdadera colonia. Y que finalmente se construyó un país real. También, la fuerza que tuvieron los imperios que lograron destruir este país. Pero, sobre todo, ver un país posible en la capacidad de apostar a la solidaridad y el respeto por el hombre.
FILMOGRAFÍA
Aniceto (2007)
Perón, sinfonía del sentimiento (1999)
Gatica, "el mono" (1993)
Soñar, soñar (1976)
Nazareno Cruz y el Lobo (1975)
Juan Moreira (1973)
El dependiente (1969)
Éste es el romance del Aniceto y la Francisca, de cómo quedó trunco, comenzó la tristeza y unas pocas cosas más... (1966)
Crónica de un niño solo (1964)
El amigo cortometraje (1960)
ENTREVISTAS A FAVIO EN LA NACION:
lunes, 27 de agosto de 2012
NEIL ARMSTRONG
Diario Clarín, 26 de agosto de 2012
Murió el primer hombre que dejó su huella en la Luna
El astronauta tenía 82 años y amaba volar. Su familia pidió ayer, en su honor, hacerle un guiño a la Luna en una noche despejada.
Tenía 16 años cuando consiguió la licencia para volar. Mucho antes, incluso, de que le permitieran manejar un auto. Wapakoneta, el pequeño pueblo al oeste de Ohio donde había nacido, empezaba a quedarle chico. Neil Alden Armstrong amaba volar. Y no paró hasta convertirse en un piloto de prueba de la NASA. Probó desde planeadores hasta sofisticados jets. Más de doscientas naves distintas, desde que ingresó a la agencia espacial, en 1962. Pero todas esas aventuras parecen insignificantes. Nadie lo recordará por eso porque aún hoy, 43 años después, su voz latosa y las imágenes borrosas siguen estremeciendo.
“Esto es un pequeño paso para un hombre, un salto gigante para la humanidad”, dijo Armstrong el 20 de julio de 1969, el día que logró que el mundo entero quedara paralizado frente al televisor. Fue cuando se convirtió en el primer hombre en pisar la Luna.
Ayer, a los 82 años murió en su granja de Cincinnati a causa de un problema cardiovascular. “La próxima vez que vean la Luna en una noche despejada, sonríanle y háganle un guiño”, pidió su familia al anunciar la muerte.
Fue en los años siguientes a su regreso de la Luna, que Armstrong decidió comprar la granja donde pasaba los días ocupándose del ganado y cultivando maíz. Tuvo algunos trabajos como asesor en compañías de aviación, pero prefería la docencia y siempre eligió escaparle a la fama. No tuvo la suerte de Buzz Aldrin, su compañero, que terminó hecho personaje de película –es el Buzz Lightyear de Toy Story–. Armstrong se conformó con saberse el primero de una hazaña que sólo doce hombres lograron en toda la historia.
Sus apariciones públicas se cuentan con los dedos de una mano. La última fue en mayo de este año. Entonces, sentenció: “A la gente le encantan las teorías conspirativas, son muy atractivas. Pero nunca les di importancia, porque sé que algún día una misión volverá a la Luna y hallará la cámara que dejé ah í”.
El de 1969 era un mundo que hoy resulta obsoleto: la televisión era en blanco y negro, los canales eran pocos y había que levantarse a torcer la perilla para cambiarlos. Las embarazadas fumaban, no existían los pañales descartables y las llamadas larga distancia había que pedírselas a la operadora. ¿Por qué en ese mundo, el hombre iba a llegar a la Luna? Eso pensaban los que no podían creer lo que la televisión transmitía en vivo y en directo. Seiscientos millones de personas –un quinto de la población mundial de entonces– esperaron durante horas frente a la TV para ver ese instante en que Armstrong dejó su huella en la Luna.
Ese mundo, que vivía fascinado por las teorías de invasiones extraterrestres, avanzaba además al ritmo de la Guerra Fría. Yanquis por un lado, marxistas por el otro. Cuando la misión del Apolo 11 ( ver Infografía ) llegó a la Luna, la carrera por la conquista del espacio llevaba ya doce años. Los soviéticos, con el lanzamiento del satélite Sputnik llevaban la delantera. Armstrong y su equipo le dieron a los Estados Unidos la victoria que necesitaban en medio de la guerra de Vietnam.
Nació el 5 de agosto de 1930. A los seis años construyó su primer avión. Estuvo al frente de 78 misiones aéreas en Korea y fue condecorado en 17 países. Pero lo que a Armstrong le gustaba era jugar al golf con sus amigos, frecuentar la sede local del YMCA y comer en el mismo restaurant de siempre. En 1999, se casó por segunda vez con Carol. Tenía dos hijos que sumados a los de su esposa, le dieron diez nietos.
En el año 2000, durante una presentación en la Academia Nacional de Ingeniería dejó a todos desconcertados cuando confesó: “Puedo decir, honestamente, que nunca había tenido el sueño de estar en la Luna”.
sábado, 18 de agosto de 2012
17 DE AGOSTO, DON JOSÉ DE SAN MARTÍN
17 de agosto, Conmemoración del paso a la Inmortalidad del Libertador General Don José de San Martín
sábado, 14 de julio de 2012
SAN CAMILO DE LELIS
HOY 14 DE JULIO CELEBRAMOS A SAN
CAMILO DE LELIS, PATRONO DE LOS
ENFERMOS...De los enfermeros y
enfermeras
Protector de los moribundos, se lo ora para
pedir una buena muerte.
Transformó su vida curando enfermos en los que veía siempre a Jesús.
Cuando algún ilustre personaje lo solicitaba y él estaba atendiendo
enfermos respondía: "Decidle que tenga paciencia; estoy ocupado con
nuestro Señor Jesucristo".
Decálogo de los servidores de los enfermos.
(Aplicable a todos)
1-Honra la dignidad y sacralidad de mi persona, imagen de Cristo, por
encima de mi fragilidad y limitaciones.
2-Sírveme con amor respetuoso y solícito: con todo tu corazón, con toda
tu inteligencia, con todas tus fuerzas y con todo tu tiempo.
3-Cuídame como tú quisieras ser atendido, o como lo harías con la
persona más querida que tengas en el mundo.
4-Sé voz de los sin voz: hazte defensor de mis derechos, para que sean
reconocidos y respetados.
5-Evita toda negligencia que pueda poner en peligro mi vida o prolongar
mi enfermedad.
6-No frustres mi esperanza con tu afán e impaciencia, con tu falta de
delicadeza y competencia.
7-Soy un todo, un ser integral: sírveme así. No me reduzcas a un número
o a una historia clínica, y no te limites a una relación puramente
funcional.
8-Conserva limpios tu corazón y tu profesión: no permitas que la
ambición y la sed de dinero los manchen.
9-Preocúpate por mi pronta mejoría; no olvides que he venido al hospital
para salir recuperado lo antes posible.
10-Comparte mis angustias y sufrimientos: aunque no puedas quitarme el
dolor, acompáñame. Me hace falta tu gesto humano y gratuito que me
hace sentir alguien y no algo, o un caso interesante.
Y... cuando hayas hecho todo lo que tienes que hacer, cuando hayas sido
todo lo que debes ser..., no olvides darme las gracias.
(Deducido del pensamiento y actuación de Camilo).
PON EN PRÁCTICA ÉSTOS CONSEJOS Y COMO SAN
CAMILO...SERVIRÁS
AL MISMO JESÚS EN CADA ENFERMO!
sábado, 30 de junio de 2012
JUAN ALBERTO BADÍA
Esta es una columna que escribió el periodista Alfredo Leuco, para recordar a Juan Alberto Badía, periodista que muriera ayer, 29 de junio de 2012.
29 Jun. 2012 | Alfredo Leuco
CUANDO TENGA 64
Era la imagen de la radio. Era la imaginación de los Beatles en el eter. Uno más de ellos que salió de Ramos Mejía y aterrizó en Liverpool.
Imagina que no hay paraíso,
Es fácil si lo intentas,
Ningún infierno debajo de nosotros,
Arriba de nosotros, solamente cielo,
Imagina a toda la gente
Viviendo al día...
Imaginate Beto que hay mucho dolor aquí abajo. Que los músicos argentinos se sienten huérfanos. Que todas las radios están de luto por tu ausencia. Que los oyentes esperan que termine la tanda para volver a escucharte. Que Fernando Bravo, tu amigo del alma no puede con su alma.
Todavía recuerdo tu cálida voz en el teléfono en febrero del año pasado, el día que recé una columna que decía que Badía tiene compañía. Una vez mas me contaste cuando fuiste a Colombia con Bravito y juntos hicieron los comentarios del aquel partido en donde River se jugaba la vida. Por suerte pude confesarte toda mi admiración. Yo te miraba en silencio mientras hacíamos el pase en radio del Plata y vos me trataste como si fuéramos compinches. Hasta fuimos a jugar al básquet al club Palermo. ¿Te acordás de las picadas que comíamos en el buffet? Después supe que hacías eso con todos. Que no hay a nadie en el mundo de la radio que no te quiera. Que no tenes enemigos. Que te la pasaste acercando posiciones, cerrando brechas, reconciliando gente, valorando la diversidad en el más amplio sentido de la palabra.
Para mi, vos, Bravito, Carrizo y Cacho Fontana estaban en el olimpo de los próceres de la radio. De los que reinventaron la magia de la comunicación. Primero me atravesó tu Flecha Juventud mientras yo celebraba la rebeldía del pelo largo, los vaqueros gastados y los dedos en ve. Con la música de los Beatles., por supuesto. Y el asombro por la filosofía pacifista cargada de humanismo de John Lennon que modeló nuestra ética de la solidaridad. Con todo eso crecimos juntos. Con tu extraordinaria capacidad para crear climas, para establecer una atmósfera de buena onda con el entrevistado. A veces pienso que con Juan Ramón, con semejante viejo, con ese maestro de locutores, no tenías otro destino que aferrarte a los micrófonos y vivir entre auriculares. Hijo de tigre. Hijo del ISER.
Seguimos de cerca esa batalla desigual que diste contra ese maldito cáncer que seguramente debe odiar la música, los medios y la alegría. ¿Quién lo hubiera dicho? Meterse con Juan Alberto Badía, que hijoputez. Con ese locutor gigantesco que formó generaciones y que jamás apeló al escándalo ni al trazo grueso. ¿Te acordás del día que empezaste en la radio? ¿De tu primer aviso? ¿Del furcio que mas te avergonzó? De tus grandes exitos. Escuché que dijiste que era increíble la cantidad de gente que defendía tu vida como si fuera propia. Es cosecha merecida de tu siembra. Todo lo bueno que hiciste hoy te vuelve multiplicado.
Me consuela saber que nunca estarás solo. Que millones te estarán sintonizando porque igual que Bravito, tu domicilio es el aire. Que te esperan John Lennon y el flaco Spinetta. Ahí va el capitan Beto, flaco. Cuidalo. Te lleva una noticia como para dar la vuelta olímpica en el cielo. Volvieron a primera. Hay una banda roja que los envuelve. Un estadio de fiesta. Celebrando la vida de Badía y sus sesenta y cuatro años de ejemplo. Tal vez eso sea lo que mas duele. Fue demasiado pronto, Juan Alberto. Cuando tenga sesenta y cuatro años, aun me seguirás necesitando, todavía me seguirás alimentando. Cuando sea mas viejo y se me caiga el pelo. A los sesenta y cuatro lloramos tu despedida que es bien arriba, con la luz roja endendida eterna en tu homenaje:
Imagina
Tu puedes decir que soy un soñador,
Pero no soy el único,
Espero que algún día te nos unas,
Y el mundo vivirá como uno solo, Beto querido.
Para escuchar esta columna:
http://www.continental.com.ar/opinion/bloggers/blogs/alfredo-leuco/cuando-tenga-64/blog/1714248.aspx#opina
29 Jun. 2012 | Alfredo Leuco
CUANDO TENGA 64
Era la imagen de la radio. Era la imaginación de los Beatles en el eter. Uno más de ellos que salió de Ramos Mejía y aterrizó en Liverpool.
Imagina que no hay paraíso,
Es fácil si lo intentas,
Ningún infierno debajo de nosotros,
Arriba de nosotros, solamente cielo,
Imagina a toda la gente
Viviendo al día...
Imaginate Beto que hay mucho dolor aquí abajo. Que los músicos argentinos se sienten huérfanos. Que todas las radios están de luto por tu ausencia. Que los oyentes esperan que termine la tanda para volver a escucharte. Que Fernando Bravo, tu amigo del alma no puede con su alma.
Todavía recuerdo tu cálida voz en el teléfono en febrero del año pasado, el día que recé una columna que decía que Badía tiene compañía. Una vez mas me contaste cuando fuiste a Colombia con Bravito y juntos hicieron los comentarios del aquel partido en donde River se jugaba la vida. Por suerte pude confesarte toda mi admiración. Yo te miraba en silencio mientras hacíamos el pase en radio del Plata y vos me trataste como si fuéramos compinches. Hasta fuimos a jugar al básquet al club Palermo. ¿Te acordás de las picadas que comíamos en el buffet? Después supe que hacías eso con todos. Que no hay a nadie en el mundo de la radio que no te quiera. Que no tenes enemigos. Que te la pasaste acercando posiciones, cerrando brechas, reconciliando gente, valorando la diversidad en el más amplio sentido de la palabra.
Para mi, vos, Bravito, Carrizo y Cacho Fontana estaban en el olimpo de los próceres de la radio. De los que reinventaron la magia de la comunicación. Primero me atravesó tu Flecha Juventud mientras yo celebraba la rebeldía del pelo largo, los vaqueros gastados y los dedos en ve. Con la música de los Beatles., por supuesto. Y el asombro por la filosofía pacifista cargada de humanismo de John Lennon que modeló nuestra ética de la solidaridad. Con todo eso crecimos juntos. Con tu extraordinaria capacidad para crear climas, para establecer una atmósfera de buena onda con el entrevistado. A veces pienso que con Juan Ramón, con semejante viejo, con ese maestro de locutores, no tenías otro destino que aferrarte a los micrófonos y vivir entre auriculares. Hijo de tigre. Hijo del ISER.
Seguimos de cerca esa batalla desigual que diste contra ese maldito cáncer que seguramente debe odiar la música, los medios y la alegría. ¿Quién lo hubiera dicho? Meterse con Juan Alberto Badía, que hijoputez. Con ese locutor gigantesco que formó generaciones y que jamás apeló al escándalo ni al trazo grueso. ¿Te acordás del día que empezaste en la radio? ¿De tu primer aviso? ¿Del furcio que mas te avergonzó? De tus grandes exitos. Escuché que dijiste que era increíble la cantidad de gente que defendía tu vida como si fuera propia. Es cosecha merecida de tu siembra. Todo lo bueno que hiciste hoy te vuelve multiplicado.
Me consuela saber que nunca estarás solo. Que millones te estarán sintonizando porque igual que Bravito, tu domicilio es el aire. Que te esperan John Lennon y el flaco Spinetta. Ahí va el capitan Beto, flaco. Cuidalo. Te lleva una noticia como para dar la vuelta olímpica en el cielo. Volvieron a primera. Hay una banda roja que los envuelve. Un estadio de fiesta. Celebrando la vida de Badía y sus sesenta y cuatro años de ejemplo. Tal vez eso sea lo que mas duele. Fue demasiado pronto, Juan Alberto. Cuando tenga sesenta y cuatro años, aun me seguirás necesitando, todavía me seguirás alimentando. Cuando sea mas viejo y se me caiga el pelo. A los sesenta y cuatro lloramos tu despedida que es bien arriba, con la luz roja endendida eterna en tu homenaje:
Imagina
Tu puedes decir que soy un soñador,
Pero no soy el único,
Espero que algún día te nos unas,
Y el mundo vivirá como uno solo, Beto querido.
Para escuchar esta columna:
http://www.continental.com.ar/opinion/bloggers/blogs/alfredo-leuco/cuando-tenga-64/blog/1714248.aspx#opina
La vida de Juan Alberto Badía
El conductor de radio y TV nació en Ramos Mejía el 29 de
noviembre de 1947 y falleció tras una complicación pulmonar.
Fue el impulsor de Marcelo Tinelli, de otros locutores y
cantantes. Sus programas, más recordados: Badía y Compañía,
Badía en Concierto, Imagen de Radio, Una Buena Idea,
Imagínate, entre otros, que componen una biografía que
trasciende su recuperación de un cáncer.
Desde su niñez la radio fue su juego predilecto, adaptaba diferentes elementos caseros y los transformaba enmicrófonos, y junto a su hermana montaban una especiede estudio en su casa. Imitaban voces, personajes, y loalternaban con temas musicales. Su padre les habia legado la pasión por la comunicación.
Su primer trabajo profesional, recibido en el ISER, fue enRadio Antártida, haciendo una suplencia, y posteriormentepasó a otros medios como Radio Rivadavia, Radio El Mundoy Radio Del Plata.
"Imagínate Flecha Juventud" por Radio del Plata, fue le primer segmento que lo acercó a una generación que no encontraba en el dial el momento para su música."Badía yCía.", "Imagen de Radio", "Una Buena idea", entre otros fueron los programas más recordados de los que condujo y que llevaron la producción de su hermana, Marisa Ramón Badía. Por allí desfilaron cantantes nacionales e internacionaes. Imagen de radio con Adofo Castello y Silvina Chediek, entre otros, cerraba con un texto que repetía "podré ser un soñador, pero no el único", en homenaje al célebre
Imagine de John Lennon.
En todos los formatos de programas que tuvo fue fanático impulsor de la música de The Beatles. Si amor por los cuatro de Liverpool se comparaba solo con su pasión por laradio, y por River Plate.
Tras recibir el diagnóstico de su enfermedad decidiódedicarse a su archivo y construyó en su casa un estudioen el que clasificó todo su material discográfico y digitalizó piezas únicas. Fueron meses muy duros, pero siempre acompañado por sus seres queridos.
Su regreso a su radio de Pinamar fue anunciado en el programa que conduce Fernando Bravo en Radio Continental, uno de sus mejores amigos y compañeros de ruta. Tiempodespués comenzó con 360 un proyecto innovador y atractivo de la TV digital.
El Martín Fierro 2012 acarició su larga carrera en un sentido homenaje que mantuvo al público de pie y a la audiencia emocionada.
Sus últimas apariciones televisivas fueron de la mano de su "ex alumno" Marcelo Tinelli, en el ciclo que conduce José María Listorti y Denisse Dumas por canal 13. Allí en un segmento de entrevistas se presentó junto a Charly García para presentar un trabajo discográfico con videos y posters que grabaron juntos en Estados Unidos. Ese día, la reaparición de Badía marco un pico de raiting.
En las últimas semanas una complicación pulmonar lo llevó con una neumonía al Hospital Austral donde en silencio hizo todo su tratamiento. Alrededor de las 22.00 de ayer hizo un paro cardíaco, tema que llevó a la mayor parte de los medios a confirmar su muerte en portales y redes sociales. Minutos después su sobrina, desde 360 desmintiólo sucedido pese a que su estado seguía siendo crítico. Los medios pidieron disculpas por esa confusión en cadena que se produce ante el vacío informativo. Pasada la medianoche de hoy, finalmente falleció.
Un maravilloso mensaje .... hace menos de dos meses.
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