BUBONIS

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sábado, 9 de abril de 2011

AMOR

Del libro "Inteligencia del Alma"
Cuando el Cielo quiere salvar a un ser humano, le envía el Amor. Lao Tsé.
¿Conoce usted ese sentimiento de soledad que muerde las entrañas del alma?, ¿un sentimiento común en personas recientemente separadas? ¿siente, a menudo, ansiedad y desmotivación?, ¿siente cansancio y observa sus ganas de vivir mermadas?
Si en algún grado es así, pida al Universo la llegada del Amor. Tal y como suena: Amor. Para ello, comience por recordar el gran poder del decreto, cuya base es más fuerte que el simple y temporal consuelo de la esperanza. “Pedid y se os dará”. Pida un milagro para salir de la soledad. Y, a continuación colabore con el Profundo averiguando qué se quiere realmente para salir de ella ¿Acaso es amor lo que usted precisa? Sí amor, no importa la edad que usted tenga, ni que ya sienta cariño o viva usted relativamente bien en compañía de determinadas personas. Tal vez, de lo que se trate, sea de vivir en un estado de conciencia desde el que broten oleadas de amor consciente con dichas personas u otras nuevas. Amor como suave estado del alma que, naciendo desde lo profundo, se expresa hacia lo que se conoce y hacia lo que, en alguna ocasión, se detesta.
Todo comienza por admitir que la relación que usted anhela es posible ¡Abra el corazón al Ahora! El resto es de otro departamento. Y recuerde, cada noche, antes de disolverse en el océano del sueño, actualice lo que quiere: simplemente Amor. Y después, abra su pecho y su mente permitiendo que se produzca el milagro apoyado por el misterioso fluir de las afinidades vibratorias. Decrete que “su milagro es posible” y que hasta lo más insólito puede suceder en el mismísimo ahora.
Recuerde “Todo es Posible”, repita esta frase una y mil veces y poco a poco se disolverán patrones limitadores que viven en el seno de sus más íntimas creencias. Mañana mismo puede usted despertar y sentir que algo muy sutil y sin retorno ha dado la vuelta a su existencia. Es también posible que, durante el día que tiene por delante, suceda un acontecimiento que cambie su aventura interna. Es también posible que, ante algo sin aparente importancia, se abra su corazón y broten sentimientos de expansión que disuelvan antiguas fronteras. Sin duda, será la mano oculta del Universo que de forma sinuosa conspira atendiendo su petición y le apoya. “Todo es Posible” es la idea amiga y facilitadora.
Recuerde que tiene derecho a sentir Amor, que usted es un ser consciente y que merece experimentar la alegría de SER por el simple hecho de darse cuenta. No hay edad para el Amor, todas las edades son adecuadas para calentar el corazón y sentirse en comunión con la vida. Además, usted bien sabe que de todos los seres se puede gozar y aprender, que todos ofrecen partes insospechadas de grandeza y de sombra y que detrás de cada “casual” situación, el Amor acecha.
El Amor se convoca cuando uno comienza por servir a los intereses de la vida en cada persona que trata. El espíritu de servicio es la mejor medicina que existe para invocar el Amor. Cuando tenemos frente a nosotros un rostro que nos emociona, poco a poco, se va revelando el verdadero porqué de ese encuentro y la no casual coincidencia de nuestra persona. En realidad, tenemos la felicidad que damos. No es un asunto de contabilidad, pero sí de apoyar la evolución que respeta y refuerza al ser humano que nos rodea. Y de pronto, cuando menos uno se lo espera, percibimos que ha pasado algo grande, que nos hemos olvidado de la pena y que la persona a cuyo interior hemos viajado parece más alegre y serena. El milagro es la propia salida del Narciso y el viaje empático al alma ajena. Un turismo pleno de grandeza que repara nuestra estrechez y disuelve los restos de nuestra miseria.

El amor es la pasión por la dicha del otro. Cyrano de Beregerac

Lo primero que aprendemos en la infancia es a complacer. Nuestro primer papel de representación en la obra de teatro de la vida es el del “complaciente”. Una actitud que, desde muy pronto, nos protege de quedarnos sin postre o de que mamá no nos quiera. Más tarde, nos doctoramos en supervivencia y aprendemos a tener en cuenta lo que pasa en el interior del otro, aunque sea porque puede fruncir el ceño o porque nos cierra el paso y nos amenaza.
Más tarde, el ego aprende a salir adelante alternando tanto la exigencia con el amor, como la compasión con la firmeza. Pronto integramos la cooperación y la ayuda junto con otros registros atávicos de la caza y de la guerra. Pero, más allá del mamífero que vive en una parte de nuestras células, uno se pregunta: ¿existe algún nivel en el que, por puro corazón, se goza en ayudar al otro y en desear la simple dicha de su existencia? Muchas personas piensan que debilitan sus posiciones cuando ponen su empeño en crear entornos amables con los seres que las rodean. Sin embargo, junto a una civilización de individualismo y de acopio, vemos a gentes que han despertado al mensaje del alma. Se trata de seres que han superado el miedo soterrado para abrir su corazón y dedican su obra anónima a darse, generando medios para acabar con la miseria de otras gentes y resolver sus problemas.
El misterioso Impulso Evolutivo que mueve átomos y galaxias, poco a poco, y a base de milenios, nos conduce a un estado en el que preferimos dar un abrazo que disparar una bala. Conforme crecemos, acabamos prefiriendo el dar al tomar, la paz a la contienda y la suavidad a la violencia. Cuando uno observa a la Humanidad de este planeta, comprueba variedad de desarrollos y diferencias de nivel en la escala de la consciencia. Los hay recién llegados, se trata de entes muy jóvenes de alma, y los hay ancianos ya de vuelta que sonríen desimplicados ante amenazas acompañadas de espadas y monedas. Unos sienten amor a los demás porque un día su pecho se abrió y su alma inició un viaje de ida sin vuelta. Otros reconocen con envidia y desdén los sentimientos altruistas de los otros, acorazando sus pechos como protección y defensa. Unos y otros comenzaron hace milenios arrojando lanzas, mientras, poco a poco, la cultura como cultivo del jardín interno y la expansión de consciencia establecían leyes y códigos con derechos humanos que rechazaban la injusticia y la violencia.
El mensaje de los seres lúcidos, hace dos milenios, revolucionó las viejas ideas. Todavía resuena el milagro que la esencia una y otra vez propone: el gran abrazo entre todas las personas. Nunca atrás, nadie había soñado un mensaje tan revolucionario como el de ama a tu prójimo como a ti mismo. Una llave de fraternidad que abriría la puerta de entrada al alma y nos diferenciaría de las máquinas.
Los sabios han hablado de esta gran noticia mientras algunas iglesias lo contaminaban e intoxicaban. Los seres sensatos lo recuerdan, una y otra vez, señalando la paz que proporciona la llama trina encendida en el interior del pecho y en el de todas las células. En realidad, nos dejaron un mapa del tesoro. El tesoro de hallar un sentido al proceso de vida que discurre entre el nacimiento y la llegada. Desde entonces, muchos seres lúcidos, al levantarse por la mañana, se proponen servir a los demás y, luego, a lo largo de la jornada, escuchan, suspenden el juicio y ayudan con silencio y entrega. El amor se nutre de la felicidad del otro y no hay depresión que sobreviva al propósito de darse, allí donde la vida nos lo demanda.

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