BUBONIS

BUBONIS

sábado, 31 de marzo de 2012

LA SEÑO NOS LEE... LOS MEJORES DÍAS

De Heinz Janish.


Nada mas hermoso, mas lleno de posibilidades, que la imaginación. Crecer nos hace olvidarla, nos empeñamos en dejar de creer en ella, de usarla para crear cosas que ¿quien sabe? se pueden hacer realidad. Si los sueños no se cumplen, al menos, nos queda la felicidad que sentimos cuando los soñamos.
Este cuento trata sobre eso. Sobre el placer de soñar. De las cosas imposibles, disparatadas y tiernas que suceden en la mente inocente de los niños. No me canso nunca de mencionar cuentos bellos para leer y ver a su lado, cuentos donde no hay violencia, ni se abandona niños en el bosque, ni se los come nadie. Cuentos que hablen de una niñez feliz.
En este precioso volúmen, editado por Edelvives, y escrito por Heinz Janish, tanto valor tienen unas pocas frases evocadoras como la explosión de color que las rodea. Las ilustraciones son una descarga de energia, de esas imágenes que se graban en la mente y que luego extraeremos para hacerla volar. Los mejores dias son los en los que la pequeña protagonista deja volar la imaginación e inventa historias: días en los que todos apoyan al de al lado, días en los que la ciudad parece una tupida selva, días en los que todo está al revés…


Hay días en los que todos caminan sobre zancos y lo ven todo desde arriba.

Hay días en los que todos llevan una cereza en la cabeza.

Hay días en los que la ciudad parece una tupida selva.

Hay días en los que todo está cubierto por el agua.

Hay días en los que todo está del revés.

Hay días en los que a todos les dan un beso.

Hay días en los que todos apoyan al de al lado.

Hay días en los que todos se sienten artistas.

Hay días en los que todos miran sorprendidos al cielo.

Hay días en los que las sombras son de colores.

Hay días en los que todos pueden volar.

Hay días en los que Marina deja volar su imaginación e inventa historias.
Ésos son los mejores días.

martes, 20 de marzo de 2012

VERSOS OTOÑALES

Versos Otoñales Alfonsina Storni 


Al mirar mis mejillas, que ayer estaban rojas,

he sentido el otoño; sus achaques de viejo
me han llenado de miedo; me ha contado el espejo
que nieva en mis cabellos mientras caen las hojas.



!Que curioso destino! Me ha golpeado a las
puertas en plena primavera para brindarme nieve
y mis manos se hielan bajo la presión leve
de cien rosas azules sobre sus dedos muertas.

Ya me siento invadida totalmente de hielo;
castañean mis dientes mientras el sol, afuera,
pone manchas de oro, tal como en primavera,
y ríe en la ensondada profundidad del cielo.

Y lloro lentamente, con un dolor maldito,
con un dolor que pesa sobre mis fibras todas,
!Oh, la pálida muerte que me ofrece sus bodas
y el borroso misterio cargado de infinito!

!Pero yo me rebelo!...¿ Cómo esta forma humana
que costó a la materia tantas transformaciones
me mata, pecho adentro, todas las ilusiones
y me brinda la noche casi en plena mañana?

Alfonsina Storni

domingo, 18 de marzo de 2012

LA SEÑO NOS LEE...



 ME LLAMO CARLOTA Y VIVO
RECLUIDA EN UNA SINIESTRA MORADA.

ME OBLIGAN A COMER COSAS ASQUEROSAS
QUE DESPIDEN OLORES NAUSEABUNDOS.

ME LLEVAN TODOS LOS DÍAS A UN COLEGIO
DONDE ME MARTILLEAN EL CEREBRO.

POR MUCHO QUE ESTUDIE,
NUNCA ESTÁ, CONTENTOS.

POR MUCHO QUE RECOJA MI HABITACIÓN,
NUNCA ESTÁ LO BASTANTE ORDENADA.


HAGA LO QUE HAGA , DE CUALQUIER FORMA,
ESTÁ TODO MAL.

INTENTO HABLAR CON ELLOS, PERO NO HAY NADA
QUE HACER, NO QUIEREN ESCUCHARME.

MENOS MAL QUE TENGO UN AMIGO.
ES MINIATURA, MI GATO,
QUE ES MUY MIMOSO Y BONITO.


PODRÍAMOS PASARNOS
HORAS Y HORAS JUGANDO SIN PARAR,
LOS DOS SOLOS.



PERO MIS PADRES ODIAN A MINIATURA,
Y ESO QUE EL POBRE SERÍA INCAPAZ
DE HACER DAÑO A UNA MOSCA.


ASÍ QUE UN DÍA HICE LAS MALETAS
CON MUCHO CUIDADO.

Y ME LLEVÉ AL POBRE MINIATURA
EN MI REGAZO.



POR SUERTE, ANTES DE IRME ENCONTRÉ,
ALGO DE DINERO EN UN RINCÓN. 

Y HUÍ TODO LO QUE PUDE
DE ESA PRISIÓN.

¡AL FIN LIBRES!
¡MINIATURA Y YO, ÉRAMOS LIBRES!

GRACIAS AL DINERO QUE HABÍAMOS ENCONTRADO,
SI NO GASTÁBAMOS MUCHO,
PODRÍAMOS VIVIR ALGÚN TIEMPO.
...

NOS CAPTURARON Y NOS 
LLEVARON A SU GUARIDA

LLEGARON MIS PADRES...

SE ABALANZARON SOBRE MÍ
E INTENTARON ASFIXIARME.

Y NOS LLEVARON DE NUEVO
A SU CASA.


EL POBRE MINIATURA Y YO SOMOS
OTRA VEZ PRISIONEROS, PERO...

...¡SE ACABÓ! ¡NUNCA MÁS VOLVERÉ
A SER BUENA CON ESA GENTE!


Y LOS CHICOS DIBUJAN...
















Mientras dibujaban, reflexionaban la actitud de Carlota, solos ellos decían sobre las malas actitudes que tenía para con sus papás. Este libro, sirvió para verse reflejados y comprender cuándo no nos portamos tan bien. 
Nos divertimos mucho.
Algunos dibujos se omitieron ya que no se lograba una imagen clara.

martes, 13 de marzo de 2012

PARTICULARIDADES DE LA MENTE EMOCIONAL

APÉNDICE B

Sólo en los últimos años ha aparecido un modelo científico de la mente emocional que explica la forma en la que muchas de nuestras actividades pueden estar controladas emocionalmente —cómo podemos ser tan racionales en un determinado momento y tan irracionales al momento siguiente— y también da cuenta de las razones y la lógica particular de nuestras emociones. Tal vez las dos mejores estimaciones llevadas a cabo sobre la mente emocional sean las que han presentado independientemente Paul Ekman.jefe del Human Interaction Laboratory de la Universidad de California, San Francisco, y Seymour Epstein, un psicólogo clínico de la Universidad de Massachusetts. Es cierto que cada uno de ellos nos ofrece una evidencia científica distinta, pero juntos nos proporcionan una enumeración básica de las cualidades que distinguen a las emociones de los otros aspectos de nuestra vida mental.
Una respuesta rápida pero tosca
La mente emocional es mucho más veloz que la mente racional y se pone en funcionamiento sin detenerse ni un instante a considerar lo que está haciendo. Su rapidez hace imposible la reflexión analítica deliberada que constituye el rasgo característico de la mente pensante. Desde el punto de vista evolutivo, los
organismos que se detienen demasiado a reflexionar tienen menos probabilidades de transmitir sus genes a su
progenie y es muy posible que esta velocidad estuviera ligada a las decisiones más fundamentales como a qué prestar atención o. por ejemplo, al enfrentarse a un animal a decisiones secundarias como: «¿me lo comeré o él me comerá a mí?».
Las acciones que brotan de la mente emocional conllevan una fuerte sensación de certeza, un subproducto de la forma simplificada de ver las cosas que deja absolutamente perpleja a la mente racional.
Cuando las cosas vuelven después a su lugar —o incluso, a veces, a media respuesta— nos descubrimos pensando «¿por qué he hecho esto?», señal de que la mente racional está comenz ando a activarse con una velocidad mucho más lenta que la de la mente emocional. Dado que el tiempo transcurrido entre el estimulo que despierta una emoción y la erupción de la misma puede ser casi instantáneo, el mecanismo que valora la percepción debe ser, aun hablando en términos de
tiempo cerebral —un tiempo que se mide en milisegundos—, sumamente veloz. Esta valoración de la necesidad de actuar debe ser automática y tan rápida que ni siquiera entre en la conciencia vigia. Esta versión rápida y tosca de respuesta emocional tiene lugar antes incluso de que sepamos claramente qué está
ocurriendo.
Esta modalidad rápida de percepción sacrifica la exactitud a la velocidad, confiando en las primeras impresiones y reaccionando a la imagen global o a sus aspectos más sobresalientes. Capta las cosas de una vez, como una totalidad, y reacciona sin tomarse el tiempo necesario para llevar
a cabo un análisis completo. Los elementos vívidos pueden determinar esa impresión, dejando de lado la evaluación cuidadosa de los detalles. La gran ventaja es que la mente emocional puede captar una realidad emocional (él está enfadado conmigo, ella está mintiendo, eso le entristece) en un instante, haciendo juicios intuitivos inmediatos que nos dicen de quién debemos cuidarnos, en quién debemos confiar o quién está tenso. En este sentido, la mente emocional funciona como una especie de radar que nos alerta de la proximidad de un peligro. Si nosotros (o, mejor dicho, nuestros antepasados evolutivos) hubiéramos esperado
a que la mente racional llevara a cabo algunos de estos juicios, no sólo nos habríamos equivocado sino que podríamos estar muertos. El inconveniente es que estas impresiones y juicios intuitivos hechos en un abrir y cerrar de ojos pueden estar equivocados o desencaminados.
Según Paul Ekman, esta velocidad, en la que las emociones pueden apoderarse de nosotros antes de que seamos plenamente conscientes de lo que está ocurriendo, cumple con un papel esencialmente adaptativo: movilizarnos a responder ante cuestiones urgentes sin perder el tiempo en ponderar si debemos
reaccionar o cómo tenemos que hacerlo. Usando el sistema que ha desarrolIado para detectar emociones a través de cambios sutiles en la expresión facial, Ekman puede rastrear microemociones que cruzan el rostro en menos de un segundo. Ekman y sus colaboradores han descubierto que la expresión emocional comienza
a poner de manifiesto cambios en la musculatura facial pocos milisegundos después del acontecimiento que desencadenó la reacción, y que los cambios fisiológicos típicos de una determinada emoción —como los cambios en el flujo sanguíneo y el aumento del ritmo cardíaco— comienzan también al cabo de unas pocas fracciones de segundo. Esta rapidez es particularmente cierta en el caso de las emociones intensas como, por ejemplo, el miedo a un ataque súbito.
Según Ekman, técnicamente hablando, el tiempo que dura una emoción intensa es muy breve y cae más dentro del orden de los segundos que de los minutos, los días o las horas. En su opinión, sería inadaptado que una emoción secuestrase al cerebro y al cuerpo por un largo tiempo sin importar las circunstancias cambiantes. Si las emociones provocadas por un determinado acontecimiento siguieran dominándonos después de que la situación hubiera pasado, sin importar lo que estuviera ocurriendo a nuestro alrededor, nuestros sentimientos constituirían una pobre guía para la acción. Para que las emociones perduren, el desencadenante debe ser sostenido, evocando así la emoción continuamente, como ocurre, por ejemplo, cuando la pérdida de un ser querido nos mantiene apesadumbrados. Cuando el sentimiento persiste durante horas, suele hacerlo en forma muda, como estado de ánimo. Los estados de ánimo ponen un
determinado tono afectivo pero no conforman tan intensamente nuestra forma de percibir y de actuar como ocurre en el caso de la emoción plena.



Del libro: "Inteligencia Emocional", de Daniel Goleman.

lunes, 12 de marzo de 2012

FERNANDO MARTÍNEZ

Ilustrador español, de quien no sólo rescatamos sus bellos dibujos, sino que también son maravillosos sus microrrelatos. Cada palabra es un detalle imperdible, cada oración forma una idea de la situación que hace de sus micros historias fascinantes.
Me tomo el atrevimiento de mostrar acá,  su último micro publicado en el suyo. Sólo hay que ponerse en el alma de este niño.


Lecturas repasadas



Dicen que los fantasmas no existen pero me siguen dando

 miedo. Sobre todo por la noche, cuando me sepulto bajo las

 mantas y leo mis cuentos de terror a la luz de la linterna de

 papá. Es extraño que él no haya vuelto todavía. La guerra

 acabó, ya no somos rojos. Levantaron de  nuevo el muro 

que derribó la bomba sobre mi cama y lo pintaron de blanco,

 luego: papel pintado, gotelé, pintura pastel, estucado veneciano

 y ahora pintura blanca de nuevo, pero con vinilo decorativo. Yo

 sé que papá volverá y me traerá cuentos nuevos, estos ya me

 los se de memoria.

La ilustración pertenece a un libro de texto que ilustré para

Editorial Barcanova. El relato ha sido publicado en

 L'Independent de marzo. Diario de tirada local de Barberà del

 Vallès. Este micro empecé a escribirlo para un concurso

, algunos lo sabréis por la frase de inicio, pero no llegué a

 tiempo y además me pasaba de los límites. En esta ocasión un

concurso me ha servido para escribir aunque al final no me

 haya presentado. Por otro lado si me ha permitido mantener e

compromiso que cogí con el diario. Un saludo a todos desde la

 intermitencia.


Por Fernando Martínez













Y mi favorita...



Para más micros y más ilustraciones de Fernando Martínez, se puede visitar su sitio: http://espiralesdetinta.blogspot.com/

sábado, 10 de marzo de 2012

LA SEÑO NOS LEE...


EL GRILLO GIGANTE



ANOCHE, A ESO DE LAS TRES DE LA MAÑANA, ESCUCHÉ UN RUIDO EN EL JARDÍN, COMO SOY VALIENTE CUANDO ESTOY MEDIO DORMIDO, SALTÉ DE LA CAMA Y FUI A VER. LAS ESTRELLAS ESTABAN BLANCAS Y TEMBLOROSAS, ELLAS TAMBIÉN TENÍAN FRÍO. EL PASTO ESTABA APENAS HÚMEDO, POR EL ROCÍO. ESCUCHÉ, OTRA VEZ UN RUIDO, ERA UN GRILLO QUE CANTABA. EL GRILLO MÚSICO, EL GRILLO QUE NUNCA HABÍA PODIDO VER, PORQUE CUANDO SE ACERCABA, ÉL SALTABA PARA IRSE LEJOS, LEJOS DE MÍ.
PERO ESTA VEZ SÍ LO VI. EL GRILLO NO PODÍA ESCONDERSE PORQUE ERA TAN GRANDE COMO UNA VACA.
-¿ES CIERTO QUE NO TE GUSTA MI MÚSICA?- ME REPROCHÓ.
¡QUÉ IBA A DECIRLE! ERA GRANDE, YA LO DIJE, COMO UNA VACA.
-SEÑOR GRILLO… ¡SU MÚSICA ME ENCANTA!
YO NO SÉ SI TODOS LOS GRILLOS SONRÍEN, PERO EL GRILLO GIGANTE DE MI JARDÍN SI, SONRIÓ DE PLACER, Y ENSEGUIDA SE HIZO PEQUEÑO, PEQUEÑITO, COMO TODOS LOS GRILLOS QUE SONRÍEN O NO.
VOLVÍ A MI CUARTO Y ME ACOSTÉ.
LA MÚSICA DEL GRILLO ERA TRAÍDA POR EL VIENTO Y ME FUE LLEVANDO DESPACIO AL PAÍS DE LOS SUEÑOS.
                                                                                  FRANCO VACCARINI

APRENDE A LLEVAR TU CRUZ

viernes, 9 de marzo de 2012

LAS AVENTURAS DE LA SEÑORA EMA

Uno, Presentación de la Señora Ema
Un fascinante y atípico paseo por el zoológico en la tercera entrega de la serie dedicada a jóvenes escritores argentinos.


La señora Ema es dada a los pensamientos. Piensa, por ejemplo, sin saber cómo, se ha vuelto vieja. Mientras tanto, Marlén, la chica de la limpieza, saca las copas de cristal de la estantería más alta y las repasa. Me imaginaba la vejez como una zona de mucha libertad, piensa la señora Ema. Mis obligaciones ya estarían cumplidas, sería hora de descansar, dice. Y, sin embargo, no es así. La vejez, es perderse en pasillos y vericuetos nuevos, cada vez más oscuros.
La señora Ema tiene un talante levemente poético y es usual que sus pensamientos se tiñan de metáforas y comparaciones. Pero pronto lo olvida y encarga a Marlén que termine rápido con esas copas, porque también hay que limpiar el balcón.

La señora Ema vive frente al parque, en un piso muy alto. Es viuda y madre de dos hijos a los que sólo ve los fines de semana. Tiene un nieto, pero no se lleva para nada bien con él. La última vez que vino de visita podría jurar que le robó dinero. Eran cincuenta dólares escondidos en una cartuchera vieja, en el primer cajón del escritorio. Ahora ya no están más.
En el parque, justo al frente del edificio de la señora Ema, se encuentra el Jardín Zoológico. La señora Ema no fue nunca, pero a la tardecita se instala en el balcón y mira los tigres de Bengala que pasean dentro de su jaula. Son dos, una pareja. Algún amanecer que la encontró desvelada, la señora Ema vio al cuidador arrojar grandes trozos de carne a los tigres. Y vio a los tigres devorársela.
Marilén va tres veces por semana a limpiar el departamento. La señora Ema odia no hacer nada mientras Marilén trabaja. Da algunas órdenes, controla y cuando advierte que está comenzando a exigir de más, se busca una labor. La señora Ema aprovecha las tardes en que Marilén limpia su casa para acomodar las facturas de teléfono, o para embalar la ropa de verano y ventilar la de invierno, o para tirar papeles viejos. Cuando ya todo está hecho, deja a Marilén a cargo y sale a tomar el té con amigas. A Marilén le dice que se va al centro, a pagar cuentas. De tanto en tanto, la señora Ema se encierra en su dormitorio a leer novelas románticas. Antes le aclara a Marilén que tiene una fuerte migraña o que volvió el lumbago y que, por favor, no la moleste.




Federico Falco
Continuará...
El autor nació en General Cabrera, Córdoba, en 1977.
Publicó los libros de cuentos 222 patitos (2004) y 00 (2004); la plaqueta de poemas Aeropuertos, aviones (2006) y el libro Made in China (2008).
Entre otras, participó de las antologías La joven guardia (2005), In Fraganti (2007), Es lo que hay (2009), Hablar de mí (2009) y Asamblea portátil (2009).

jueves, 8 de marzo de 2012

DEJA VU

Interpretado por 

Dmitri Hvorostovsky





Dmitri Hvorostovsky surgió en la década de 1990. Su brillante, y sin embargo, oscuros tonos de voz es la personificación del claroscuro y la combinación de esmalte vocal con la emoción que aporta a sus interpretaciones que lo ha convertido en un favorito del público.
Desde que ganó el concurso Singer of the World en Cardiff, venciendo al galés Bryn Terfel ha desarrollado una carrera brillante que lo ha llevado a actuar en los principales teatros y salas de conciertos del mundo.

Si bien acepta que la tesitura de tenor es la que más impacto y fama ha logrado en el transcurso de la historia, el barítono ruso Dimitri Hvorostovsky rechaza que ésta sea la reina del arte lírico y asevera que cada voz tiene magia y valor propios...De allí que su respuesta sea tajante: ''Me gusta mucho el canto de los tenores, pero la tesitura de barítono, al igual que las otras, tiene su atractivo único, muy especial".

lunes, 5 de marzo de 2012

LA CUNA VACÍA. EL DOLOROSO PROCESO DE PERDER UN EMBARAZO


Claramunt, M. Àngels
Álvarez, Mónica
Jové, Rosa
Santos, Emilio




La Cuna Vacía es un libro que nace de una necesidad. La necesidad de hablar, sin temor ni falsos mitos, acerca de una realidad que viven muchas parejas y para la que nadie está nunca preparado: la pérdida de un bebé en algún momento del embarazo, los hijos que nunca llegan a nacer.

Cuando esta dura experiencia tiene lugar, es preciso abordarla desde diferentes perspectivas, que en estas páginas se desarrollan con la intención de aportar luz sobre un tema casi siempre relegado a la sombra: la correcta información, el buen acompañamiento y el apoyo del entorno, la intervención psicológica, la despedida y los rituales de la pérdida, los estudios médicos posteriores... Aspectos que no deben ser tratados como tabúes, porque en tal caso sólo contribuyen a añadir un dolor innecesario a un dolor de por sí inevitable.

En las palabras de Michel Odent, cirujano y fundador del Centro de Investigación de la Salud Primal de Londres: -Desde hace algunas décadas, la probabilidad de una Cuna Vacía en el embarazo o tras el parto se ha reducido notablemente. Pero cualquier madre, padre o profesional que lo haya sufrido sabe que no es razón para ignorar los problemas que conlleva. Debemos estar agradecidos a Emilio Santos, Rosa Jové, M. Àngels Claramunt y Mónica Álvarez por abordar de frente estos problemas desde una perspectiva del siglo XXI, científica, sociológica y cultural-

M.Àngels Claramunt nos aporta la visión de una madre que ha sufrido esta situación. Mónica Álvarez nos aporta el punto de vista de la psicóloga sobre ritos de despedida, de duelo...Rosa Jové nos aporta el punto de vista del profesional que se encuentra con esta situación y tiene que dar las malas noticias. Emilio Santos nos aporta el punto de vista del médico, la humanización de la salud.




Introducción 
La cuna vacía es un libro que nace de una necesidad, la de explicar de la manera más completa y 
actualizada posible las pérdidas gestacionales en cualquier momento del embarazo. 
Se ha hablado aún muy poco de ello, a pesar de que son muchas las parejas a las que les toca 
pasar por la experiencia de perder un bebé que está en camino. Nadie se prepara con antelación 
para algo así. Cuando sucede, es importante procurarse buen acompañamiento y estar bien 
informado. Este libro pretende contribuir a ello. Queremos aportar luz a un tema relegado a la 
sombra, sin ambages ni cortapisas, sin miedos ni falsos mitos que desvirtúan la realidad y no 
hacen sino añadir dolor innecesario al que, ya de por sí, supone la pérdida de un hijo en el seno 
materno. 
Queremos también divulgar la idea de que la pérdida de un embarazo está tan dentro del ciclo 
psicoemocional-sexual de la mujer como cualquier otro de los procesos relacionados con la 
identidad femenina. Es necesario normalizarlo y que no sea abordado de manera parcial, sesgada. 
Las pérdidas son procesos que afectan a muchos aspectos de la vida: fisiología, emoción, duelo, 
relación de pareja, reinicio del ciclo y un largo etcétera, que debe ser tratado en su totalidad. 
Esta obra se dirige a las madres que están pasando o ya pasaron por pérdidas perinatales; a los 
padres de estas criaturas que murieron sin haber tenido vida aérea o teniendo muy poca; a sus 
familiares y las personas cercanas; a los profesionales que atienden a estas mujeres: comadronas, 
doulas, profesionales de la medicina, de la ginecología, específicamente, de la psiquiatría y 
psicología; a las personas que se dedican a apoyar en el duelo, a cualquier persona interesada en 
conocer con detalle gran parte de los aspectos relacionados con este tema. 
El libro lo componen cuatro grandes apartados: la vivencia de las madres; el punto de vista 
psicológico con respecto a la madre y el padre; el enfoque desde la perspectiva de los 
acompañantes, sanitarios, familiares, etc. y los detalles médicos. 
En el primer apartado, dedicado a las pérdidas en primera persona, elaborado por M. Àngels 
Claramunt, repasamos los lugares comunes de las pérdidas desde la perspectiva de las madres y 
desde la propia experiencia de la autora y el conocimiento que le aporta el hecho de compartir con 
otras muchas mujeres sus respectivas vivencias. Aparecen testimonios ilustrativos de las 
cuestiones abordadas. La falta de validación, la búsqueda de ayuda, la empatía y el 
acompañamiento adecuado, la información, el apoyo en Red, el sentimiento de culpa, el entorno, 
la atención recibida, el maltrato, la infertilidad, el nuevo embarazo, los miedos y las 
incertidumbres, la necesidad de conocer las causas, la capacidad de sentirse madre de todos 
modos son algunos de los temas tratados en esta parte. 
En el segundo apartado, escrito por Mónica Álvarez, se enfoca la pérdida desde el punto de vista 
psicológico. Rituales para la pérdida, celebración, sanación y crecimiento. En una sociedad que 
vive las pérdidas gestacionales como algo físico, que «se cura, se olvida, se esconde», tratamos 
de ver este fenómeno desde un punto de vista normalizador y, por añadidura, terapéutico. 
Desgranamos las diferentes facetas personales desde las que se vive la pérdida y cuál sería el 
modo ideal de abordarla. Proponemos la creación de rituales como modo novedoso de sanar el 
universo cuerpo-mente-espíritu de la madre y del padre, y de equilibrar las relaciones familiares, 
que pudieran verse comprometidas de un modo u otro. La otra cara de la muerte es la vida, y 
siempre que se sale de una encrucijada vital se sale crecido, más maduro y fuerte. Proponemos 
celebrar la vida desde la vivencia consciente de la pérdida, para no retrasar los duelos, ni 
posponer la sanación, ni retrasar el momento de enfrentarse a la verdad personal. 
En la tercera parte, Rosa Jové nos explica cómo acompañar emocional y psicológicamente este 
proceso. Va dirigido tanto a profesionales que participan en estos momentos (ginecólogos, 
enfermeras, psicólogos) como a familiares que quieren ayudar a sus seres queridos. Saber dar una 
mala noticia, así como las cosas que podemos hacer y las que debemos evitar en cada momento 
harán que las personas en duelo se sientan mejor y las que les rodean se sientan útiles. Es una 
herramienta imprescindible para todo aquel que trabaje en el duelo y quiera ayudar de forma 
efectiva. 
Hay una mención especial en el capítulo dedicada a los más pequeños: a esos hermanos que 
también pierden a un hermanito. Rosa Jové, como psicóloga infantil, no se olvida de ellos. En este 
sentido, es una de las primeras veces que se aborda este tema, ya que en la mayor parte de los 
textos sobre duelo en padres que acaban de perder un bebé se focaliza mucho la ayuda en los 
propios padres (¡cómo no!), pero se olvida a los más pequeños de la familia. 
En la última parte, Emilio Santos, como ginecólogo y psiquiatra, aborda los aspectos médicos, 
buscando formas de atender la muerte fetal o embrionaria con la mínima intervención posible. 
Este abordaje se hace desde el respeto a la opción elegida por la mujer que lo padece. Por un 
lado, se relatan las de tendencia más intervencionista, entendiendo que la muerte de un embarazo 
es un proceso que causa sufrimiento y que es normal querer evitar dicho dolor; ésta es la razón 
por la que muchas mujeres, cuando han perdido a un bebé en su útero, quieran evitar vivir el 
proceso y busquen en su ginecólogo a alguien que se lo «saque» cuanto antes, en un centro 
donde el proceso pase de la forma más rápida y menos dolorosa posible, respetando también a 
esos muchos profesionales que creen ayudar cuando tratan de medicalizar el proceso para hacerlo rápido y pasajero. Por otro lado, se relatan también los abordajes de tendencia menos 
intervencionista, entendiendo que el hecho de querer huir de los procesos emocionales suele ser 
un deseo de tapar lo que podría representar una patología típica de nuestra sociedad avanzada. En 
esta perspectiva, los tiempos y ritmos de los procesos vitales son importantes. Para una mujer, 
vivir plenamente el proceso de pérdida de un embarazo puede ser un camino de maduración 
personal y de aprendizaje, además de que se eliminan intervenciones (legrados) que pueden 
constituir una agresión a un órgano que, para muchas mujeres, representa el centro de su 
sexualidad. 
Perder un bebé en gestación produce en la madre un vacío enorme, no suficientemente validado ni 
comprendido por el entorno familiar, social ni médico. Consecuentemente, existe poca bibliografía 
al respecto. Hemos querido elaborar un manual que contenga todo lo que se puede abordar, hoy 
por hoy, sobre este tema, con la intención de normalizar y dar el justo interés a una cuestión de 
suma trascendencia en la vida reproductiva de la mujer, de la pareja. 
Entendemos el título La cuna vacía simbólicamente: la imagen de unos padres desolados que se 
quedan vacíos. Como vacío siente la madre su útero, la única cuna que conoció su bebé, ya que 
sólo vivió en su seno. Los padres tal vez encuentren una cuna real a su regreso a casa, y un 
armarito con ropa, cajas de pañales, peluches, regalos varios que habrá que guardar o retirar 
como parte del proceso de duelo. El título alude a una madre cuyos pechos rebosantes no 
encuentran el consuelo de un pequeño que se sacie en su regazo; a un útero que estaba pleno 
hasta hacía unas horas y que ahora se encuentra «vacío», llorando lágrimas de sangre; a los 
brazos de unos padres que ya no acunarán a su pequeño entre leche y arrullos. 
No hemos querido escribir un libro que se quede sólo en la tristeza de la pérdida. Necesitamos 
saber, crecer, indagar. Nos atrevemos, por fin, a estudiar, analizar y tratar en profundidad todo lo 
relacionado con la muerte perinatal. Con la esperanza de que sea un incentivo para que otros 
muchos sigan tratando aspectos diversos relacionados con este tema, con el deseo de poder 
ayudar a las personas afectadas o interesadas, con la certeza de que, en lo que respecta  las 
pérdidas, a su acompañamiento, sólo cabe ir a mejor. 



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