BUBONIS

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miércoles, 16 de mayo de 2012

LAS AVENTURAS DE LA SEÑORA EMA - EL ENIGMA DE LOS TIGRES



Continúa del primer cuento de "Las Aventuras de la Señora Ema",
 sito en  

MARZO DE 2012

Dos: el enigma de los tigres. El martes en que Marilén repasaba las copas de cristal, la señora Ema salió al balcón a controlar el estado de los vidrios y, sin advertirlo, dirigió su mirada a la jaula de los tigres. En el cielo se mezclaban los primeros naranjas con el celeste puro de la tarde que llegaba a su fin y, en la jaula de los tigres, tres hombres rodeaban a la hembra estirada sobre el cemento. La señora Ema se asustó y pensó que estaba muerta. Una pequeña grúa entró al receptáculo de los tigres, cargó a la hembra y se la llevó. La jaula quedó vacía. Al tigre no se lo veía por ninguna parte. El pesar y la angustia se apoderaron de la señora Ema. De pronto, estaba por largarse a llorar. Debía averiguar lo sucedido. Buscó un gran sombrero de paja, le dijo a Marilén que tenía que salir de urgencia y se encaminó al zoológico.
El muchacho de la puerta ignoraba cualquier cosa sobre la salud de los tigres, así que la señora Ema pagó su entrada e intentó averiguarlo por sí misma. Lo primero que vio junto al sendero fue una jaula cilíndrica, angosta y alta. Estaba construida con barrotes de hierro y recubierta de alambre tejido. Ningún cartel decía qué especie la habitaba y parecía desierta. Sin embargo, recostadas en el piso, había dos ratitas blancas de laboratorio y una naranja partida a la mitad. Las ratitas no estaban muertas sino atontadas. Una movía la pata, la otra hacía eses con su cola. La señora Ema alzó la mirada hacia el techo, segura de que algún ave rapaz la escudriñaba desde allí, pero no pudo distinguir ningún movimiento. Abandonó la jaula y siguió por el sendero. Enseguida, un ruido brusco y un chillido la hicieron volver sobre sus pasos. En el piso de la jaula quedaba una ratita sola. Las eses que formaba con la cola eran tan veloces como el ir y venir de sus pupilas asustadas. La señora Ema volvió a mirar hacia lo alto del techo.
En el interior del cono de chapas la oscuridad se había hecho más densa, más compacta e impenetrable.

Federico Falco
Continuará...

1 comentario:

  1. Sólo escribo para decirte que me ha llegado un tema promocional de blogs y he enlazado el tuyo.
    http://espiralesdetinta.blogspot.com.es/

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