BUBONIS

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miércoles, 23 de marzo de 2011

LAZOS DE AMOR

De Brian Weiss
 PRÓLOGO

El alma del hombre es como el agua. Viene del cielo, se eleva hacia el cielo y vuelve después a la tierra, en un eterno ciclo.
La historia más interesante de todas, aparece en Lazos de amor (Only Love is Real), mi tercer libro. Trata de las almas gemelas, las personas que están unidas eternamente por los lazos del amor y que se reencuentran una y otra vez en sus distintas vidas. Cómo encontramos y reconocemos a nuestras almas gemelas y qué decisiones debemos tomar que pueden transformar nuestra vida es uno de los temas más importantes y fascinantes de nuestra existencia.

El destino dicta el encuentro con los demás. Pero lo que decidamos una vez que hayamos encontrado a una pareja depende de nuestra elección, de nuestra libre voluntad. Una decisión errónea o una oportunidad desaprovechada puede conducir a una gran soledad y mucho sufrimiento.
Un acierto en la elección, una oportunidad aprovechada, nos puede proporcionar una profunda felicidad.
Es una historia sobre el destino y la esperanza, una historia que ocurre en silencio todos los días. Ese día, alguien estaba escuchando.


Cap.1
 Sabed, por tanto, que del silencio más inmenso regresaré. [...] No olvidéis que volveré junto a vosotros. [...] Unos momentos más, un instante de reposo en el viento, y otra mujer me concebirá


                                                                                                KAHLIL GIBRAN

Hay alguien especial para cada uno de nosotros. A menudo, nos están destinados dos, tres y hasta cuatro seres. Pertenecen a distintas generaciones y viajan a través de los mares, del tiempo y de las inmensidades celestiales para encontrarse de nuevo con nosotros. Proceden del otro lado, del cielo. Su aspecto es diferente, pero nuestro corazón los reconoce, porque los ha amado en los desiertos de Egipto iluminados por la luna y en las antiguas llanuras de Mongolia. Con ellos hemos cabalgado en remotos ejércitos de guerreros y convivido en las cuevas cubiertas de arena de la Antigüedad. Estamos unidos a ellos por los vínculos de la eternidad y nunca nos abandonarán.

Es posible que nuestra mente diga: “Yo no te conozco.” Pero el corazón sí le conoce.
Él o ella nos cogen de la mano por primera vez y el recuerdo de ese contacto trasciende el tiempo y sacude cada uno de los átomos de nuestro ser. Nos miran a los ojos y vemos a un alma gemela a través de los siglos. El corazón nos da un vuelco. Se nos pone la piel de gallina. En ese momento todo lo demás pierde importancia.
Puede que no nos reconozcan a pesar de que finalmente nos hayamos encontrado otra vez, aunque nosotros sí sepamos quiénes son. Sentimos el vínculo que nos une. También intuimos las posibilidades, el futuro. En cambio, él o ella no lo ve. Sus temores, su intelecto y sus problemas forman un velo que cubre los ojos de su corazón, y no nos permite que se lo retiremos. Sufrimos y nos lamentamos mientras el individuo en cuestión sigue su camino. Tal es la fragilidad del destino.

La pasión que surge del mutuo reconocimiento supera la intensidad de cualquier erupción volcánica, y se libera una tremenda energía. Podemos reconocer a nuestra alma gemela de un modo inmediato. Nos invade de repente un sentimiento de familiaridad, sentimos que ya conocemos profundamente a esta persona, a un nivel que rebasa los límites de la conciencia, con una profundidad que normalmente está reservada para los miembros más íntimos de la familia. O incluso más profundamente. De una forma intuitiva, sabemos qué decir y cuál será su reacción. Sentimos una seguridad y una confianza enormes, que no se adquieren en días, semanas o meses.
Pero el reconocimiento se da casi siempre de un modo lento y sutil. La conciencia se ilumina a medida que el velo se va descorriendo. No todo el mundo está preparado para percatarse al instante. Hay que esperar el momento adecuado, y la persona que se da cuenta primero tiene que ser paciente.
Gracias a una mirada, un sueño, un recuerdo o un sentimiento podemos llegar a reconocer a un alma gemela. Sus manos nos rozan o sus labios nos besan, y nuestra alma recobra vida súbitamente.
El contacto que nos despierta tal vez sea el de un hijo, hermano, pariente o amigo íntimo. O puede tratarse de nuestro ser amado que, a través de los siglos; llega a nosotros y nos besa de nuevo para recordarnos que permaneceremos siempre juntos, hasta la eternidad.

Cap.2 (frag.)

Siempre había tenido la sensación de que mi vida, tal como la viví era una historia sin principio ni final. Me sentía como un fragmento histórico, un pasaje aislado, al que no precede ni sigue ningún texto. Podía imaginarme perfectamente que tal vez había vivido en siglos anteriores y me había hecho preguntas que todavía no era capaz de responder; que tenía que volver a nacer porque no había cumplido la tarea que se me había asignado.
                                                                                              CARL JUNG

Creo que los poderes psíquicos de algunas personas aumentan a medida que evolucionan espiritualmente, conforme van adquiriendo mayor conciencia. Esto, en vez de ser un paso esencial, es más bien una adquisición incidental. El ego de una persona no debería envanecerse simplemente porque sus poderes psíquicos aumenten. El objetivo es aprender algo sobre el amor y la compasión, la bondad y la caridad, y no cómo convertirse en un vidente famoso.

Incluso los terapeutas pueden llegar a aumentar en “percepción paranormal” si se lo permiten, mientras tratan a sus pacientes. A veces capto algunas impresiones psíquicas, conocimientos intuitivos o incluso sensaciones físicas que guardan relación con el paciente que está sentado en un cómodo sillón frente a mí.
...
Todos tenemos capacidades paranormales, lo que ocurre simplemente es que lo hemos olvidado.
Quizá nadie debería ser el gurú de otra persona durante más de un mes o dos. No es necesario viajar a la India repetidas veces, ya que el verddero viaje transcurre en nuestro interior.
Hay unos claros beneficios que se pueden ob¬tener de experiencias trascendentales como son el aceptar la existencia de lo divino o el comprender que la vida es mucho más que lo que ven nuestros ojos; pese a que la frase “si no lo veo, no lo creo” esté en boca de la mayoría.
Nuestro camino es interior. Éste es el viaje más difícil y doloroso. Somos los responsables de nuestro propio aprendizaje. No podemos rechazar esta responsabilidad y echada sobre las espaldas de otro, de algún guru. El reino de Dios está dentro de nosotros.

EPÍLOGO
Estoy seguro de que he estado aquí tal como estoy ahora, mil veces antes, y espero regresar otras mil veces más.
                                                               GOETHE

BIOGRAFIA

Brian Weiss: Médico y psiquiatra estadounidense, nacido en Nueva York en 1944.
Graduado en las universidades de Columbia y Yale. Trabajó como profesor de la Universidad de Miami y jefe psiquiátrico del Mount Sinai Hospital de Miami Beach. Célebre autor de varios trabajos relacionados con el amor y la creencia de la reencarnación, esta última aborda un estudio a nivel de experiencias psiquiátricas de otras vidas, por lo que sus tesis han generado polémica en la comunidad científica.
 Obras:
Los mensajes de los Sabios
Muchas vidas, muchos maestros
Lazos de amor
A través del Tiempo
Muchos cuerpos, una misma alma
Meditación
Espejos del Tiempo
Eliminar el estrés

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