Cuando Bhuhb se va a dormir, todos los animalitos de la selva hacen lo mismo. Excepto la lechuza que aprovecha para cuidar el bosque.
Los árboles en cambio se la pasan toda la noche contándose chistes, y por eso es que se escuchan rechinar a los troncos y ahullar a los lobos. Ellos se descostillan de la risa con los chistes que los abetos y los abedules cuentan en las noches de luna llena.
Bhuhb no le tiene miedo a la oscuridad. Abajo de la cama de Bhuhb vive una hormiga chiquitititita que se llama Murucumba (es una hormiga africana) y hace las veces de guardián. Murucumba cuida que Bhuhb duerma bien, y cuando él tiene pesadillas le canta unas canciones hermosas que hacen que Bhuhb sueñe con atardeceres y amaneceres en el mar.
Cuando Bhuhb se despierta, ya están levantados todos los animales del bosque, quienes lo saludan y se juntan a tomar un café con leche y mediaslunas.
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